Adolfo González

EL SEXTANTE
La 4T explota el resentimiento de los desheredados, pero los desdeña igualmente, reduciéndolos a la humillación de la dependencia.


Si quien asegura que la inseguridad no es un problema serio tiene tendencias autoritarias, e incluso de autoengaño, como es el caso de Andrés Manuel, y además le va bien, en su mente desaparece el problema. 


Los verdaderos culpables son quienes, mediante los programas sociales, pretenden perpetuar la ausencia de permeabilidad social para mantener su base electoral, llamándolo “bienestar” sin arrobo alguno.


Ya se asoma a la opinión pública la posible relación con el narco del regidor de los destinos del país.


Los seguidores de Andrés Manuel cierren filas en torno a él, porque a pesar de sus presuntos vínculos con el narco, no hay ni sombra de una reacción en su contra, más allá de la opinión publicada.



El gran activo y motor de Claudia es el presidente. No en vano la bandera de su campaña son las reformas de López Obrador.


Los que viven dependiendo de los programas sociales de AMLO, son los sectores que más cerca sienten la presión del frío hierro de la delincuencia, que psoible financiaron su campaña en 2006.


Xóchilt insiste en la confrontación, y no en la proposición. Y la guerra sucia contra la 4T definitivamente no funcionará, al menos no ahora.


No hay que razonar demasiado para darse cuenta de que insultar a quien, pese a no resolver la inseguridad, recibe el respaldo de tres cuartos de la población es hacer extensivo el insulto a todos ellos. 


La paradójica realidad es que una mayoría en México otorga su aprobación a la ineficacia total en el combate a su problema y preocupación número uno la inseguridad.


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