Adolfo González

EL SEXTANTE
Los porcentaje de voto duro son muy altos, sobre todo en la aspirante de la 4T. Así que el debate acabó como casi siempre: una gran mayoría se reafirmó en su opinión previa.


Es evidente que muchos se sienten más tenidos en cuenta por AMLO que por los demás, sea en el sentido que sea, y por eso toleran fallas contra las que en otros casos habían clamado.


La 4T es un ejemplo de nacionalpopulismo que, como tal, carece de toda carga ideológica sólida, su fondo político casi siempre es ambivalente, casi posibilista.


Xóchitl perfila a Claudia en función del sexenio de AMLO y de su labor en Ciudad de México; Claudia, vinculando a Gálvez con el “PRIAN”.



Si durante décadas se institucionalizó la revolución, ahora se esté institucionalizando el conformismo.



Hoy sí sabemos que AMLO, y por ende Claudia, se desgasta. Eso no quiere decir que Xóchitl vaya a ganar.


La 4T explota el resentimiento de los desheredados, pero los desdeña igualmente, reduciéndolos a la humillación de la dependencia.


Si quien asegura que la inseguridad no es un problema serio tiene tendencias autoritarias, e incluso de autoengaño, como es el caso de Andrés Manuel, y además le va bien, en su mente desaparece el problema. 


Los verdaderos culpables son quienes, mediante los programas sociales, pretenden perpetuar la ausencia de permeabilidad social para mantener su base electoral, llamándolo “bienestar” sin arrobo alguno.


Ya se asoma a la opinión pública la posible relación con el narco del regidor de los destinos del país.


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