Adolfo González
Cierto es que este tipo de manifestaciones “populares” en forma de quema de muñecos no es nada nuevo. Esa fue la tibia condena del feo aquelarre por parte de AMLO.
La conspiración de los pendejos campa a sus anchas porque los polarizados, de forma natural, hacen más ruido que los moderados, encubriendo realidades lacerantes, y es ahí donde López se siente cómodo.
Las marchas del domingo no han interrumpido los salmos y letanías de adoración al líder y que AMLO sigue siendo dios y quizá Claudia, ahora, su profeta.
López Obrador no es más que un tuerto en un país de ciegos, que necesita periódicamente engrasar su clientela con dádivas, lo cual cada vez le funciona menos.
Los avances de Ebrard confirman que el canciller se perfila como opción válida y racional dentro de Morena, incluso entre sus oponentes, ya que la realidad es que enfrente no hay alternativas.
Muchos ven en Marcelo Ebrard el regreso a la razón, aunque por ahora persiste el empate técnico con Claudia Sheinbaum. Esto será cosa de dos.
Hay un México silencioso pero harto, quizá más numeroso de lo que parece, que lo que desea es un regreso a la racionalidad, venga esta de donde venga.
Hubo una nueva inyección de dinero, que es lo mismo que decir una nueva dosis de anestesia a una mayoría empobrecida, que sin embargo es la que al Presidente, según sus propias palabras, le interesa como apuesta segura.
A pesar de los escándalos recientes, la situación económica o la política exterior una mayoría sigue aceptando, pasivamente, el pacto con la 4T a cambio de apoyos sociales.
Muchos esperan el desplome en la popularidad de AMLO, pero ese hundimiento no llega. Pese a que se miente, se roba, se traiciona, y para colmo, sube la corrupción, no hay un líder que señale las promesas fallidas.
Contenido reciente
- Vie, 18/07/2025
- Vie, 18/07/2025
- Vie, 18/07/2025
- Vie, 18/07/2025
- Vie, 18/07/2025
- Vie, 18/07/2025
- Vie, 18/07/2025
- Vie, 18/07/2025
- Vie, 18/07/2025
- Vie, 18/07/2025