Adolfo González

EL SEXTANTE
Xóchitl iguala en la respuesta espontánea sobre preferencias para la presidencia a los dos aspirantes destacados de Morena, que son Claudia y Marcelo. 


Lo que sí parece cierto es que el frente opositor, de estar clínicamente muerto y sin rumbo, ha pasado a al menos mover bastante la patita.


La gran novedad de esta medición es que Xóchitl Gálvez repunta como oponente de enjundia ante quien resulte sucesor de Andrés Manuel en la 4T.


Para más de la mitad de los ciudadanos la inseguridad es la principal inquietud, pero los gobernantes y aspirantes a serlo es ignorada.


AMLO afirma que México vive en plena tranquilidad y justicia social, como si la lacra de la delincuencia no existiera.


En la interna de Morena, por más que les digan que hay ventaja para Claudia, no se lo crean. Hay un empate técnico cerrado.


Parece que los seis aspirantes de la 4T buscan el favor del todopoderoso AMLO, la bendición del gran elector, no la del ciudadano. Resultó ser un dedazo a la vista de todos.


Quizá desde la chingada misma Andrés Manuel siga dirigiendo, de un modo otro, los destinos de México. Pero ahora lo que toca es la sucesión.



Lo que está en juego en México es que, ante el evidente continuismo del entramado que hoy posee el poder, este sea utilizado de la mejor forma, o de la menos mala.


Quienes otorgan su respaldo a cambio de apoyos, son volubles, porque acuden al sol que más caliente.


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