Crimen y castigo en tiempos de pandemia

El miedo es siempre un mal consejero y cuando se apodera de personajes con mando, las consecuencias son funestas.
11/05/2020

Muchos mexicanos terminaron mal el año 2019. Si no perdieron el trabajo, el pequeño negocio, que a empujones mantuvieron abierto por unos cinco meses, lo cerraron. Las deudas familiares aumentaron inexorablemente. Pese a todo, en la cena del 31 de diciembre (porque siempre habrá un lugar donde pasar la fiesta), brindaron con optimismo por un 2020 feliz y pleno, y así lo creyeron.

Semanas después, se conocieron a detalle los daños: un millón 942 mil 71 personas fueron desocupadas al cierre del cuarto trimestre de 2019 (ENOE). La tasa de desempleo se ubicó en 3.4 por ciento, por arriba del 3.3 de 2018.

El año pasado arrojó otro dato preocupante: el 62 por ciento de la población económicamente activa no contaba con ningún servicio o cobertura de salud. Esto es igual a 34.4 millones de personas, casi 791 mil más que en 2018.

Por un espíritu alegre que pareciera innato, los mexicanos se volcaron en 2020 a hacerse por fin de una vida. Pero, no bien tomaban impulso, llegó la pandemia del virus Covid-19, causante de fiebres, neumonías y, a veces, de muertes. Primero, la enfermedad se cebó en italianos y españoles; a diario morían cientos de personas y miles quedaban entubados en hospitales. Daba la impresión de que aquellas calamidades ocurrían en un lugar muy lejano o de ser ajenas al ambiente local. Hasta que cambió la vida del país.

Desde finales de febrero, ha habido un solo tema en la prensa y la televisión nacional: el coronavirus, como también se le conoce. Los mexicanos han seguido desde sus casas las transmisiones oficiales para enterarse del problema. Pero, lejos de tranquilizarse o respirar seguros, se sienten en un remolino de desinformación, reportes sesgados y falta de liderazgo en torno a la enfermedad.

Una pregunta simple como “¿Vamos bien?” no encuentra respuesta unívoca en el Gobierno Federal ni en los expertos. Hasta el uso de tapabocas, aceptado en países como Alemania y Suecia, aquí es objeto de discusiones sin término. Se ha dicho que el virus puede infectar de manera asintomática a algunas personas, quienes serían capaces de contagiar a otros. ¿Por qué no se aplican pruebas de laboratorio de forma masiva? Los argumentos de unos y otros chocan; más que un asunto científico, se percibe un debate político. Luego, para cuidar a la población, a partir del 23 de marzo se ordenó el confinamiento total y el paro de actividades. ¿Cuándo terminará el encierro y comenzará la vuelta al trabajo? Ni Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud y uno de los responsables de la emergencia sanitaria, lo sabe con precisión.

Con el paso de los días, de las semanas, las familias se quedan sin dinero; las provisiones de comida también disminuyen. En los hospitales, principalmente de la Ciudad de México y el centro del país, ya cunde la desesperación por las camas llenas, los pacientes muertos y los médicos contagiados en cumplimiento de su labor. Todo mundo voltea hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador en busca de alivio. Y él responde, ordena ayudar, pero la angustia permanece.

A pesar de la cuarentena, de la sanitización y de controles sanitarios, a la fecha hay 35 mil 22 enfermos de Convid-19 y 3 mil 463 muertos.

Por esta situación, gobernadores y autoridades han caído en pánico y hacen acopio de sus facultades para frenar la infección. El miedo es siempre un mal consejero y cuando se apodera de personajes con mando, las consecuencias son funestas. Hoy se observan decisiones impulsivas y mal pensadas en distintas regiones del país como estrategia contra la pandemia. Se comienza por controlar o limitar las libertades de los individuos pero los verdaderos perjudicados, como casi siempre, son los necesitados.

Cito ejemplos representativos:

19 de abril. Pobladores de Teloloapan, Guerrero, grabaron un video donde azotan a tablazos a unos hombres que supuestamente violaron la cuarentena. 

20 de abril. El gobernador Enrique Alfaro ordenó castigar con un día y medio de prisión (36 horas) a quienes salgan de su casa sin cubrebocas o sin justificación. Apenas implementado, se arrestó a nueve personas por salir con el rostro descubierto; casi todos eran trabajadores o desempleados.

Las sanciones se aplicarán hasta el 20 de mayo según el Periódico Oficial del Estado de Jalisco.

26 de abril. Eleuterio Villagómez Guerrero, alcalde de General Terán, Nuevo León, dispuso decomisar todos los vehículos con placas de Estados Unidos que entren a su municipio. También anunció multas tan caras “que no les van a quedar ganas” de volver.

General Terán es un municipio pequeño, de bajo desarrollo, con 14 mil habitantes. Muchos migran a la Unión Americana en busca de trabajo. “A nosotros nos gusta que venga la gente –afirmó Eleuterio Villagómez– pero en esta ocasión, no”.

A partir del 3 de mayo, Tamaulipas prohibió la circulación del transporte público los domingos. Esta medida afectó más a la zona de Tampico, Ciudad Madero y Altamira, donde se ubica la mayor cantidad de concesiones de taxi y autos de ruta.

El primer día, detuvieron a 25 concesionarios, a cada de los cuales se les impuso 3 mil 400 pesos de multa. Alegaron que llevaban un mes sin trabajar, pero la Dirección Estatal del Transporte les recordó que estaban advertidos.

4 de mayo. Rolando Sinforoso Rosas, alcalde de Sononusco, Veracruz, ordenó colocar un aviso al frente del Palacio: "Por decreto municipal, queda estrictamente prohibido morirse por coronavirus en este municipio”. La risa, la burla y los insultos contra el edil llenaron las redes sociales.

“Ha funcionado –dijo días después–, la gente ha dejado de salir”. Aseguró haber recibido llamadas telefónicas de amigos y extraños para felicitarlo.

Desde el viernes 8, Ciudad Juárez ha prohibido el libre tránsito de personas a partir de las 10 de la noche. Policías municipales y agentes de Vialidad se encargan de interrogar a quienes deambulen fuera del horario. Únicamente pueden pasar las personas que vayan al hospital. 

También quedan prohibidas las fiestas y reuniones sin importar la cantidad de asistentes. Las autoridades alientan a la gente a denunciar a sus vecinos al número 911.

INJUSTICIA CONTRA LOS DÉBILES

A lo largo de la historia, los sistemas penales parecen haber sido ideados para reprimir o eliminar a los desheredados. Abolida la pena capital, se incrementan los castigos carcelarios a desempleados, campesinos e indocumentados en México y el mundo.

Un trabajo publicado por la Universidad de Barcelona repasa el número de ejecuciones impuestas en la Edad Media por el mero hecho de vagar. “En el reinado de Enrique VIII (s. XVI) fueron ejecutadas en Inglaterra, como vagabundos, 72.000 personas”.

Las sociedades, en busca de una vida ordenada y satisfactoria, recurren a la creación de delitos sin pensar en su conveniencia o lógica. En 1800, Gran Bretaña imponía la pena de muerte a más de 200 causas como “el robo de nabos, la asociación con gitanos, los daños causados a los peces en los estanques, enviar cartas amenazadoras, cazar o pescar en veda, cortar un árbol ajeno y ser hallado armado o disfrazado en un bosque, entre otros”.

Quizás los daños físicos hayan disminuido de nuestro sistema de justicia. Pero la privación de la libertad se sigue imponiendo con fuerza y preferencia en nuestros días. Por desgracia, las principales víctimas son los pobres.

julian.javier.hernandez@gmail.com



JULIÁN J. HERNÁNDEZ ha sido editor y colaborador en periódicos de Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México. Actualmente es asesor en temas de comunicación y copywriting. https://medium.com/@j.j.hernandez

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

Más artículos del autor

Contenido reciente