Hace poco me invitaron a participar en un programa de radio con el tema la Inteligencia Emocional en el trabajo.
Al preparar mi participación no pude evitar recordar que mi carrera inició a mediados de los 90's en un periódico de Monterrey en plena crisis económica conocida como "el error de diciembre", y la falta de control emocional que tenÃan la mayorÃa de mis compañeros. Yo era muy joven y asumà que las diferencias de opinión sobre la cobertura de noticias o la edición de contenido pueden provocar irritación, falta de paciencia y por supuesto gritos y sombrerazos, entre los involucrados, llámense reporteros, editores, fotógrafos y directores. Me tocaba vivirlo todos los dÃas pues mi turno era hasta el cierre de edición, es decir hasta que la primera plana se iba a la imprenta.
HabÃa una persona que solÃa dirigirse a los demás con un tono de voz brusco y despectivo, su actitud de superioridad y falta de respeto generaban un ambiente tenso. En general los compañeros solÃan decir que era por la carga emocional, pues cubrÃa temas sensibles y tragedias, (ay ajá). Y su principal ventaja es que tenÃa buenas relaciones con las dependencias de gobierno, por eso nunca lo iban a despedir.
Por lo general, en todos los medios de comunicación donde laboré, el ambiente era muy parecido, entonces cuando me tocó trabajar en un ambiente corporativo, me lleve una grata sorpresa porque valoraban el bienestar de los empleados y tienen una polÃtica de cero tolerancia hacia las faltas de respeto entre compañeros. Además la empresa ofrecÃa cursos de trabajo en equipo, liderazgo y comunicación efectiva; y las actitudes groseras y prepotentes eran inaceptables.
TenÃa una semana trabajando ahà y me tocó presenciar, en primera fila, una discusión entre una chica y un gerente.
Él se veÃa presionado por la fecha lÃmite de un importante proyecto, se encontraba en la sala de conferencias revisando los últimos detalles. Cuando ella entró con un invitado, el gerente elevó la voz y se dirigió a ella de manera agresiva argumentando que los datos que estaba manejando eran muy sensibles y que debió de tocar. Ella se defendÃa diciendo que habÃa reservado la sala y que la luz estaba apagada y que no era adivina, palabras que encendieron más el ánimo del gerente... El incidente fue reportado a Recursos Humanos, y los dos fueron sancionados.
A mà me dejo una lección sobre las repercusiones que puede tener el manejo inadecuado de las emociones y la importancia de la auto-regulación en el entorno profesional.
Y es que la falta de control puede tener graves consecuencias. Las relaciones laborales tensas y la falta de comunicación efectiva pueden resultar en conflictos constantes, afectando el clima organizacional y el bienestar general del equipo. Y no es nada agradable trabajar en un ambiente asÃ.
Entonces, ¿qué podemos hacer para autoregularnos? Algunos especialistas sugieren
Primero: Reflexionar sobre nuestras emociones.- Tómate unos minutos cada dÃa para identificar cómo te sientes y cómo tus emociones afectan tu trabajo. La auto-reflexión te ayudará a entender mejor tus reacciones y a desarrollar estrategias para manejarlas.
Segundo: Practicar la Escucha Activa.- En lugar de solo oÃr lo que dicen tus compañeros, escucha atentamente y muestra interés genuino en sus opiniones y sentimientos. Esto no solo fortalecerá tus relaciones laborales, sino que también te permitirá responder de manera más empática.
Tercero: Desarrolla Técnicas de Manejo del Estrés: Incorpora prácticas como la meditación, yoga, contar hasta 10, salir de la oficina y el ejercicio fÃsico pueden mantenerte equilibrado y controlar el estrés de manera efectiva.
Cuarto: Solicita Retroalimentación.- Pide a tus compañeros y supervisores retroalimentación sobre cómo manejas tus emociones en el trabajo. La retroalimentación constructiva te ayudará a identificar áreas de mejora y a fortalecer tus habilidades emocionales.
Quinto: Mantén siempre una actitud amable y cortés.- Colabora con tus colegas en proyectos conjuntos y participa en actividades de grupo. El trabajo en equipo te permitirá practicar y mejorar tus habilidades sociales y emocionales en un entorno real.
Recuerda un actitud positiva puede crear un ambiente de trabajo más sano
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Nos leemos, la próxima vez. Hasta entonces.