Efraín Klériga

AMLO intenta que las elecciones de 2024 sea el principal tema en la opinión pública y que se olviden de su corrupción y enormes fracasos.

Tanto peca el que mata al país como el que le amarra la pata y no va a votar.

El crecimiento económico no se alcanzará amenazando con la fuerza del estado a los empresarios que quieran defender sus derechos, y la inseguridad no se elimina con decretos y discursos.

Convertido ya en el rey de los cínicos, López llama a los carteles a ayudarlo a manipular las elecciones del 4 de junio, y ese día obradorizamos a México o apuntalamos un Estado Democrático.

Y cuando despertamos la obradorización seguía mordiendo y convirtiendo México en una nación bananera, una Cuba segunda versión, un país que va hacia la pobreza, la dictadura y el aislamiento.

El presidente pendenciero ya no tiene otro camino que lograr la anarquía y que las fuerzas armadas y el narco lo apoyen, para dar un Autogolpe, aunque no sería reconocido por las potencias.

AMLO protestó guardar y hacer guardar la Constitución Mexicana y las leyes que de ella emanen, al no hacerlo es perjuro, pero además es injerencista, homicida y ha caído en conductas de delincuencia organizada.

“Prometer hasta meter, y después de metido nada de lo prometido”, esa es la Realpolitik del gobierno de López Obrador.

“Papá Andrés” no es de izquierda ni de derecha ni de centro: Es un fascista y su plan tiene una C de hingarse a la democracia.

Fichas y corcholatas solamente enrarecen el panorama y permiten a AMLO esconderle a su público corruptelas y fracasos.