Pobre AMLO, pobre México

Para un presidente que presumía de saber todo lo que pasa entre las fronteras de su país, es una humillación descomunal tener que reconocer que no sabe cómo fue que los gringos capturaron al “Capo di tutti i capi”.
26/07/2024

“No se sabe, no se sabe; al que hable le cortan la lengua”, La “Calaca” de Valle Hermoso, Tamaulipas.

Créanme que, en esta ocasión, escribo solo porque el tema es de tal relevancia, que no puede quedar fuera de mi crónica de este gobierno histórico de la 4T.

Aunque nunca he simpatizado con AMLO, nunca voté por él, y considero que el daño que le ha hecho al país es enorme, me molesta la humillación que los gringos le acaban de infringir. 

Para un presidente que presumía de saber todo lo que pasa entre las fronteras de su país, es una humillación descomunal tener que reconocer que no sabe cómo fue que los gringos privaron de su libertad y “extraditaron” a un ciudadano mexicano; delincuente, sí, pero ciudadano mexicano al fin.

Más aún cuando AMLO se mofaba de presidentes anteriores por darle facilidades a agentes de la DEA de operar en México como Juan por su casa, restringiéndoles permisos de portación de armas y visas.

Ahora no solo entraron; también operaron, se llevaron al “Capo di tutti i capi”, y como a Juanillo el de la carretilla, le corrieron la “cortesía” de decirle: “no vamos, venemos”.

En un contexto nacional e internacional, donde reinan la polarización y la coacción, donde hemos retrocedido a la primitiva ley del más fuerte; cuando AMLO en múltiples ocasiones le ha faltado al respeto a su poderoso vecino, al tiempo que pesan sobre él acusaciones de proteger a los narcos y de ser financiado en sus proyectos políticos por ellos, la condición de AMLO resulta aterradora. Donde las dan las toman podría decirse, y también que el que a hierro mata a hierro muere, porque si algo ha hecho AMLO con sus débiles opositores internos ha sido la coacción, además de la burla.

No, no disfruto de hacer esta crónica; me habría gustado más que el propio AMLO hubiera buscado la concordia y respetado a las minorías mexicanas, y que al propio tiempo los gringos lo hubieran respetado a él, pero así han sido las cosas, y como le dijera Doña Marina al entonces joven Agustín Lara, cuando lo recibió en tremendo congal: “las cosas son, como son”.

Así las cosas, compañeros. AMLO queda hecho un guiñapo; aún así, este guiñapo podría sacar adelante la mamada de la sobre representación. ¡Yo espero que ya no!

saba@sabaconsultores.com



SALVADOR BORREGO es Doctor en Estadística, director de SABA CONSULTORES, S.A. de CV, desde 1987, autor del libro Los Monitoreos y Cartas de Navegación Politica de SABA (el nuevo paradigma para medir la Opinión Pública).  Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

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