Para donde volteemos hay conflictos:
1. En el PRI, donde la dirigencia de Alito trata de perpetuarse, contra los liderazgos previos representados por Manlio, Dulce María, Aurelio y otros. Alito no tiene la razón, pero tiene la fuerza.
2. En el PAN, casi lo mismo, donde el grupo de Marko se aferra al control y se le pone al pedo a Calderón. Marko no tiene la razón, pero tiene la fuerza.
3. En la reforma al poder judicial, los jueces de carrera argumentan, explican, convocan al diálogo, pero AMLO insiste en su mamadota de poner a sus niños recién egresados; solo le faltó agregar que entre más pendejos mejor (entre más se hayan tardado en terminar la carrera). AMLO anda por anca la chingada, no tiene la razón, pero tiene toda la fuerza.
Muchos viven en la ilusión de que todavía disfrutamos de una democracia liberal, con su estado de derecho. La realidad es que AMLO ya se apoderó de casi todo y ya distorsionó casi todo.
No es la fuerza de la razón lo que dirime controversias, sino la razón de la fuerza, y en sus ámbitos de poder, otras figuras emulan a AMLO; y por ello tenemos no solo a Marko y Alito comportándose de manera muy similar a AMLO; también tenemos gobernadores y alcaldes aplicando la misma política chicharronera del presidente.
¿Significa lo anterior que AMLO y sus AMLITOS se saldrán con la suya? ¡Por supuesto que no! Pero sí que se tendrán que contemplar otras formas de lucha, de resistencia, y estar preparados para aprovechar coyunturas favorables que podrían presentarse.