Como liberarnos del sufrimiento

Hiram Peón

Reflejo Interior
Busca la compasión, reconoce cuales son las causas de tu sufrimiento. 
30/08/2023

Lo último que podemos dejar ir es nuestro sufrimiento. 

Solo para aclarar, dolor es lo que sucede en un instante, en alguna parte de nuestro cuerpo. Hay dolores constantes, e incluso intermitentes, como el que provoca la migraña. O dolores como los cólicos estomacales provocados, entre otras causas, por una infección. O el dolor que provoca un machucón en la mano cuando nos atrapa la puerta de un carro.

Son suficientes ejemplos para que quede claro que el dolor es un mensaje, una reacción, del sistema nervioso ante una causa fisiológica.

El sufrimiento es otra cosa. El sufrimiento es la implicación emocional que aparece reflejada en tristeza, infelicidad, agotamiento, desazón, amargura, desesperación, por mencionar algunas.

Hay mucho sufrimiento que es suave, pero crónico, continuo, como una actitud de resuelta irritabilidad y ansiedad. Como la ansiedad que provoca el abordar un camión urbano, sin aire acondicionado, totalmente lleno, al medio día, en Monterrey.

O la irritabilidad que se siente cuando llama el contador para decirte que el SAT acaba de enviar un mensaje a tu correo fiscal.

El continuo ataque mortal del crimen organizado y la muerte de decenas de personas, diariamente, en la metrópoli de Monterrey. Todo esto crea un sufrimiento social, una ansiedad e irritabilidad de la comunidad, en todos los niveles. Y lo único que se puede ver, entre tanto caos, es el nulo e ineficiente trabajo de las autoridades.

Hay fuentes externas de sufrimiento, como la muerte de algún ser querido, el padre, la madre o algún hijo. La amenaza de una enfermedad mortal como el cáncer, manchas en la piel, o una pequeña bolita en los senos, todas son ejemplos de causas externas de sufrimiento. 

Incluso los deseos insatisfechos son fuente de sufrimiento, las expectativas no cumplidas crean insatisfacción y sufrimiento.

Casi todas las relaciones humanas, basadas en expectativas, crean insatisfacción y sufrimiento. En la pareja, una vida sexual insatisfactoria, crea sufrimiento.

Freud comenta en sus escritos y dice que el sufrimiento “nos amenaza por tres lados: desde el propio cuerpo, desde el mundo exterior, y desde las relaciones con los otros seres humanos”. 

Schopenhauer relaciona el sufrimiento al aspecto del deseo; “éste (el sufrimiento) es debido a una falta que necesita ser satisfecha”.

Según como nos vaya en la vida es la respuesta que tenemos ante el sufrimiento. 

En el ámbito de la religión es hasta deseable el sufrimiento, pues “es fuente de gracia divina”. 

Por lo que una gran parte de la población acepta su sufrimiento, cualquiera que este sea, como una prueba que acrecienta su templanza y su fe espiritual.

Hay virtudes que se cultivan para soportar la prueba de sufrimiento que Dios, Jehova, Jesucristo o el Espíritu Santo, nos ha enviado en nuestra vida. 

El ayuno, el rezo, la compasión por el prójimo, el amor a todo ser vivo, la caridad, la esperanza, todas estas son caminos que los humanos exploramos como una ruta de salvación divina.

Por otro lado, si de lo que hablamos es de sanar emocionalmente, vivir una vida plena, darnos cuenta de lo que somos y tener conciencia de nuestro lugar en el universo, entonces, el sufrimiento es una mascara más con la que vivimos.

El sufrimiento es una respuesta psico-emocional que utilizamos para protegernos de las amenazas del exterior.

El Ego es el más grande engañador. El que nos proporciona todas las respuestas y caminos de salvación.

Cuando tratamos de sanar nuestras emociones y heridas psicológicas, si, esas con las que hemos vivido desde nuestra infancia. El rechazo de nuestra madre, el abuso del padre, la ausencia del padre, la madre que niega la nutrición y el alimento. Por mencionar algunas. 

Cuando tratamos de sanarnos, el Ego es el principal operador que nos impide darnos cuenta y ser conscientes del origen del sufrimiento con el que vivimos.

No hay una solución para enfrentar el sufrimiento, por eso es lo último que el Ego nos permite dejar ir, porque es su arma más poderosa.

Podemos dejar ir, o sea desprendernos, de todo aquello a lo que somos adictos y de lo que somos dependientes: la comida, las joyas y propiedades, los afectos, el amor y el reconocimiento, los halagos y el poder. De todo ello podemos deshacernos. Pero del sufrimiento no.

Los expertos opinan que dando algunos pasos en el conocernos a nosotros mismos, ya sabe, la vieja recomendación de Sócrates (filósofo griego que vivió 300 años antes de cristo), él dijo “conócete a ti mismo”.

Parece que sigue siendo válido. Conócete primero a ti mismo. 

Quién eres, qué quieres hacer con tu vida. 

Encuentra tus razones, las ideas locas y creencias que te gobiernan para ser como eres. 

Por qué eres egoísta, mentiroso, envidioso, exhibicionista, vanidoso, abusador, pendenciero, altanero, retraído, solitario, avaro, cuentero, falso, hipócrita, charlatán. 

Primero responde a estos atributos no tan buenos; y luego busca los atributos positivos que te dan carácter en lo que haces.

Trátate con compasión, reconoce cuales son las causas de tu sufrimiento. 

Se sincero y honesto contigo mismo. Busca la manera de acompañarte de personas que te aceptan como eres y practica un poco de meditación y mindfulness (es lo mismo, pero se escucha más importante).

El secreto es darte cuenta, tomar conciencia y estar dispuesto a cambiar de adentro hacia afuera. 

No perdamos la esperanza, ni la fe, hasta la próxima.

hirampeon@gmail.com



HIRAM PEÓN es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM.
 

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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