Jalarle la cola al tigre

La responsabilidad de cualquier acto en contra de los comunicadores que hoy resultan incómodos recaerá directamente en aquellos que azuzan a quienes están dispuestos a todo con tal de acallarlos.
22/05/2020

Carmen Aristegui se suma a una ya larga lista de comunicadores que han sido objeto de amenazas, descalificaciones e insultos a través de las redes sociales. Al parecer, sus opiniones y recientes investigaciones en torno a la serie de irregularidades y abusos en la agencia de noticias Notimex incomodó al grado de que la periodista tuvo que hacer públicos los amagos de los que ha sido objeto en las últimas horas.

Pablo Hiriart, Ciro Gómez Leyva, Pascal Beltrán del Río, Leo Zuckermann, Raymundo Riva Palacio, Carlos Loret de Mola, Héctor de Mauleón y Carlos Marín, entre muchos otros más, se suman a la lista de informadores víctimas de un yugo invisible que se expresa, de manera implacable, en el espacio digital para intentar censurar y denostar su labor informativa. Medios como Reforma, El Universal o El Financiero no escapan, tampoco, a este fenómeno.

Esta situación llegó a un punto quizá de no retorno tras la revelación de una investigación realizada por Aristegui Noticias, la organización no gubernamental Artículo 19 y Signa_Lab, un laboratorio de la Universidad Jesuita de Guadalajara cuya labor se centra en la investigación del ámbito digital.

Estas tres instancias presentaron pruebas que indican que, desde la agencia Notimex, con su directora, Sanjuana Martínez, a la cabeza, existe una compleja estrategia para poner en marcha una serie de campañas de odio en contra de, curiosamente, un grupo de periodistas mujeres: Aristegui, Lydia Cacho, Marcela Turatti, Anabel Hernández, Dolia Estévez, Blanche Petrich y Guadalupe Lizárraga.

El trabajo presentado la semana pasada en Aristegui Noticias apunta que han sido utilizados recursos públicos y personal de Notimex, una instancia del Estado mexicano, para organizar a un ejército de críticos -reales e inorgánicos- que dan puntual respuesta a cualquier crítica o revelación que puedan difundir.

Más allá del indebido uso de dichos recursos, lo preocupante son las amenazas personales en contra de los periodistas, que incluye a sus familiares más cercanos. Lo crispado de los ánimos en medio de esta pandemia y el espíritu radical de quienes promueven estas campañas de odio pueden provocar actos irracionales por parte de sus seguidores.

La responsabilidad de cualquier acto en contra de los comunicadores que hoy resultan incómodos recaerá directamente en aquellos que azuzan a quienes, desde el espacio digital y en muchas ocasiones bajo el anonimato, están dispuestos a todo con tal de acallar a las voces que, desde hace décadas, dedican su vida al apasionante oficio de informar. Dejen ya de jalarle la cola al tigre.

SEGUNDO TERCIO. Sí es posible dar marcha atrás a las decisiones que afectan a la economía del país. El Secretario de Turismo, Miguel Torruco, anunció que no serán cancelados los fines de semana largos, como lo había instruido el presidente López Obrador. Como se comentó en este espacio, tan solo en 2019, los tres periodos que fueron definidos (5 de febrero, 21 de marzo y 20 de noviembre) generaron ganancias al sector turístico y a la cadena social que de ella depende de más de 10 mil millones de pesos. Anularlos hubiera sido otro balazo en el pie.

TERCER TERCIO. Peligrosa apuesta la de reabrir el sector turístico a partir del primero de junio. Es de entenderse la gravedad por la que atraviesan los prestadores de servicios, pero el riesgo es mayúsculo si se toma en cuenta que existe aún incertidumbre acerca de la verdadera situación de la pandemia.



EDUARDO DEL RÍO es periodista. Diplomático por más de una década. Ex servidor público. Consultor en comunicación.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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