Los nuevos tiempos de la comunicaci贸n pol铆tica

As铆 como sucedi贸 con la radio hace un siglo y con la televisi贸n a partir de 1956, hoy las principales plataformas de difusi贸n de contenidos electorales resultan ser las redes sociales.
11/06/2021

Uno de los principales aprendizajes que han arrojado las elecciones del pasado domingo y las campa帽as que las precedieron es la consolidaci贸n de nuevas formas de comunicaci贸n pol铆tica para la persuasi贸n y convencimiento de un electorado cada vez m谩s heterog茅neo.

El esquema de esta comunicaci贸n es, b谩sicamente, el mismo que ha prevalecido desde la segunda mitad del siglo pasado, estructurado en cuatro grandes pilares: emisor (candidato), mensaje, canales de transmisi贸n y receptor, que es el elector.

Es en este 煤ltimo eslab贸n en el que se expresan las mayores transformaciones, resultado de una forma renovada de comunicaci贸n que se expresa a trav茅s de plataformas digitales, redes sociales y de una imparable multiplicaci贸n de fuentes de informaci贸n.

Las campa帽as electorales siguen siendo el terreno de las emociones por encima de la raz贸n, en el que la saturaci贸n de mensajes obliga a los candidatos a encontrar formas cada vez m谩s astutas, si as铆 se puede decir, para incidir en la percepci贸n que el electorado tiene de ellos y colocar sus propuestas en el 谩nimo de la gente.

As铆 como sucedi贸 con la radio hace un siglo y con la televisi贸n a partir de 1956, cuando surgi贸 el primer spot en la campa帽a presidencial de aquel entonces en Estados Unidos, hoy las principales plataformas de difusi贸n de contenidos electorales resultan ser las redes sociales.

En el siglo pasado, el espectro electr贸nico orill贸 a los candidatos a codificar su lenguaje y a elaborar mensajes m谩s contundentes durante sus interacciones con la sociedad. La forma de hacer pol铆tica se vio totalmente transformada. Hoy, con las redes sociales, sucede lo mismo.

No es novedad hablar de Instagram, Facebook, TikTok y de WhatsApp como los principales canales para el env铆o de mensajes, para las campa帽as de contraste y como escenario de las guerras sucias. Su uso como herramienta electoral tambi茅n responde a una l贸gica estrat茅gica, en el que existen c贸digos en el uso del lenguaje y en la producci贸n de ejecuciones, todo con el fin de lograr un impacto positivo en las audiencias a las que se pretende llegar.

La saturaci贸n de plataformas ha provocado una serie de desviaciones en el uso de las redes en tiempos proselitistas. Cada vez es m谩s com煤n, y de ah铆 las cr铆ticas que han surgido, ver a candidatos ubicados en los extremos de la bufonada para atraer la atenci贸n de una gran mayor铆a de electores que definen su voto a partir de la percepci贸n que se tiene de una persona y no sobre la base de una oferta pol铆tica.

Entender m谩s que condenar este nuevo fen贸meno ser谩 imperativo para los procesos electorales que se avecinan en nuestro pa铆s y en el resto Am茅rica Latina. Evitar excesos como los vistos en Nuevo Le贸n ser谩 uno de los retos de esta forma de comunicar que se ha instalado, como la radio y la televisi贸n en d茅cadas pasadas, definitivamente en el 谩nimo de nuestra sociedad.

Segundo tercio. No se trata de dejar atr谩s la comunicaci贸n pol铆tica tradicional, la que se expresa a trav茅s de m铆tines, radio, televisi贸n o espectaculares, sino de consolidar este nuevo ingrediente, el de las redes sociales.

Tercer tercio. Un sector de la vida electoral que habr谩 de replantear sus instrumentos es el de las encuestas. Todas las empresas dedicadas a los estudios de opini贸n se dicen ganadoras a trav茅s de resultados certeros. Pocas, muy pocas, lo lograron.



EDUARDO DEL R脥O es periodista. Diplom谩tico por m谩s de una d茅cada. Ex servidor p煤blico. Consultor en comunicaci贸n.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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