Rogelio Ríos

MIRADA AL MUNDO
En México, nuestros “talibanes de nopal” llevan apenas tres años en el gobierno y ya tuvieron que sacar su cara más profunda ante la falta de resultados y en vista de una gestión pública desastrosa.


La caída del Gobernador de NY por acoso sexual y abuso laboral nos da una lectura ejemplar: el poder alimenta la soberbia y lleva a excesos a quienes lo tienen a manos llenas; su mal influjo no tiene fronteras.


La búsqueda de su esposo desaparecido se vio interrumpida por su propia muerte. Así, muerte sobre muerte, pena sobre pena, tantos mexicanos ven sus vidas canceladas abruptamente.


Lo que me provoca pánico al escuchar que la inflación “está de regreso” en la economía (tanto la mexicana como la de Estados Unidos) es el recuerdo de la inflación desbocada de la crisis económica de 1982.


No siempre estuvo Marcelo a la sombra de López Obrador. Anteriormente, ellos compitieron por una candidatura presidencial hace una década, y el contraste ideológico era evidente.


Propongo que pensemos en el 4 de julio como el Día de la Independencia de Estados Unidos, pero además como un 4 de julio en el que los mexicanos que viven en ese país se transforman genuinamente en norteamericanos.


Recordaré siempre desde México a los sandinistas que pelearon a muerte contra Somoza hace más de 40 años, pero aborreceré hoy a Daniel Ortega.


Al leer el mensaje de condolencia de los esposos Biden por la muerte de su perro, sentí esa conexión profunda con Joseph, el atribulado hombre que acaba de perder a su perro.


La peor confusión que provocó la cancelación de la conferencias diarias para informar del Covid-19 es que muchos creen que si ya no hay conferencias vespertinas, ¡ya se acabó el coronavirus!


Hacer una cola de dos horas, aguantar el sol fuerte y el cansancio, valían la pena por tener el privilegio de una democracia electoral bien consolidada.


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