Héctor Guerrero

LOS TOCABLES
Apuestan a que se olvide todo lo mal que han hecho desde que están en el poder, donde se postulan como abanderados de la pobreza franciscana y por el otro se dan vida de magnates.



La aceptación de ese báculo es un mero acto teatral, pues el de Macuspana, hubiera querido darle de una buena vez la banda presidencial.


Si Marcelo acepta ir por Movimiento Ciudadano, el voto opositor quedaría dividido y le haría el favor a Claudia Sheinbaum para ganar la presidencia, es como si operara para ella.



La contienda por la presidencia ahora se centra en dos productos, un buen producto que está respaldado por marcas de pésimo prestigio y el otro es su némesis, una marca bien posicionada y dominante, pero con un producto mediocre.


A los partidos, ni todo el amor, ni todo el dinero, el equilibrio de fuerzas nos beneficia a todos.


Los trabajadores de Pemex viven tiempos difíciles y convencidos de que sus derechos deben ser intocables, el gobierno y sus huestes lideradas por el agrónomo Romero Oropeaza están orillando a que estalle una huelga.


El Frente da un pasito para sacar la basura, PAN y PRI, se reparten la rosca y ahora sí, lo que queda del PRD, se quedó como el chinito.


No se necesita ser pedagogo de ocasión para darse cuenta que algo no esta bien con los libros de texto gratuitos que el régimen quiere imponer para el próximo ciclo escolar, una versión ideologizada de la realidad.


Morena no logró hacerse del estadio, pero si de los árbitros, ya veremos las decisiones que estarán tomando los consejeros del INE y nosotros los ciudadanos tenemos que ser el VAR.


Porfirio Muñoz Ledo representa lo peor y lo mejor de la política mexicana, un político más cerca del estado que de la sociedad, uno de los últimos representantes de ese nacionalismo revolucionario rancio.


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