La propuesta presupuestal de AMLO para el 2024, me recordó un hermoso pasaje de mi vida familiar.
Durante muchos años fui un feliz aunque resignado padre de dos preciosas niñas (resignado porque querÃa también un niño). Y sucedió, un 30 de abril, que las reunà para proponerles que regalaran algunas de sus múltiples muñecas, a fin de que algunas pequeñas en pobreza, recibieran un obsequio en su dÃa.
De inmediato, la menor puso a mi disposición tres o cuatro muñequitas, diciendo que esas eran las que ella aportaba. El problema, sin embargo, me dijo la mayor, es que las muñecas en cuestión eran de ella, y no de su “generosa†hermanita.
Asà está AMLO: quiere apoyar en la recuperación de Acapulco chingándose los presupuestos ajenos, sin sacrificar en absoluto los suyos, esto es, los de la refinerÃa Dos Bocas y el Tren Maya, tratando de evitar lo que parece un designio de los dioses: que pague un elevado costo polÃtico por su falta de previsión y talento para enfrentar la tragedia.
