No, no me volví loco de repente: desde México, como ciudadano mexicano consciente de las implicaciones nefastas que tendría para México el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, le pido respetuosamente al Presidente Joseph Biden que decline su candidatura a un segundo ciclo presidencial.
Desde que anunció su deseo de contender por un segundo ciclo presidencial por el Partido Demócrata, mi primera reacción fue de rechazo, pues había llegado la hora para el relevo generacional en las filas demócratas y darle frescura a la cara del partido.
No fue así. Su obstinación de dominar la candidatura no fue una buena estrategia desde el principio: ocho años como vicepresidente en la gestión de Barack Obama, y cuatro años más de su propia gestión presidencial, lo habían desgastado físicamente de tal manera que necesitaba un relevo.
¿Sólo usted era capaz de derrotar a Donald Trump, como tantas veces insistió ente los círculos demócratas? No es la edad solamente lo que pone en duda su capacidad de gobernar y contender en una elección presidencial, sino su visión de tunel, por llamarla de alguna manera, que le impide ver y evaluar su entorno político.
El espectáculo del debate presidencial organizado por CNN, el 27 de junio, fue deprimente: dos adultos mayores, Trump y usted, que no aceptan la condición de sus edades y que no representan a la diversidad y pluralidad de la sociedad americana formada por más de 300 millones de personas.
“En el debate del jueves (27 de junio), el presidente necesitaba convencer a los estadounidenses de que está a la altura de las exigencias extraordinarias del cargo que busca ocupar por otro periodo”, expresó la Junta Editorial del periódico The New York Times en un editorial institucional del 28 de junio.
“Sin embargo, no se puede esperar que los votantes ignoren lo que fue evidente: Biden no es el hombre que era hace cuatro años”, concluyó el editorial.
Por otra parte, el diario español El País fue contundente en su editorial institucional del 29 de junio: “No caben medias tintas a la hora de calificar la actuación de Biden, que titubeó y pareció perder el hilo de sus pensamientos en varias ocasiones ante 48 millones de espectadores.”
Agregó además el editorial español que “lejos de cumplir su objetivo, Biden regaló a Trump una actuación que justifica plenamente tanto las dudas como las exageraciones. La cuestión senil en la campaña... es ahora el asunto central.”
En la plataforma digital de la Convención Nacional Demócrata 2024 en la que participarán delegados de los 57 estados y territorios estadounidenses (del 19 al 22 de agosto en Chicago) se definirá, si Biden no ha declinado antes la candidatura, la capacidad real de los demócratas de ganar la elección presidencial de este año derrotando a Donald Trump.
Se puede leer todavía en el portal de internet de la Convención Demócrata Nacional (demconvention.com/es) que “los demócratas nuevamente reelegirán oficialmente a Joe Biden y Kamala Harris para presidente y vicepresidenta de Estados Unidos”.
El reloj político estadounidense marca, sin embargo, que esperar hasta agosto para cambiar la candidatura presidencial demócrata podría ser demasiado tarde para enfrentar la elección en noviembre.
Por tanto, me sumo a las voces que le piden al Presidente Biden declinar, a la mayor brevedad, su candidatura presidencial y dar paso al relevo de un candidato o candidata más joven, entusiasta y ganadora.
Lo pondré en las palabras utilizadas por la Junta Editorial de The New York Times:
“Biden ha sido un presidente admirable. Bajo su liderazgo, la nación ha prosperado y ha empezado a abordar una serie de desafíos a largo plazo, y las heridas abiertas por Trump han empezado a sanar. Pero el mayor servicio público que Biden puede brindar ahora es anunciar que no seguirá en la contienda en busca de la elección... hay lideres demócratas mejor preparados para presentar alternativas claras, convincentes y enérgicas a un segundo mandato de Trump. No hay razón para que el partido arriesgue la estabilidad y la seguridad del país al obligar a los votantes a elegir entre las deficiencias de Trump y las de Biden.”
Desde México e imaginando lo que sería para nuestro país una segunda presidencia de Donald Trump, clamo a la Providencia para que Joe Biden tenga, en un momento de lucidez, la mirada del estadista (no la del candidato a corto plazo) y decline su candidatura.
Es mucho lo que está en juego para los mexicanos.