Internet es mejor que la prensa, la radio y la televisi贸n

Mientras un escritor corrige su texto, un productor edita su video y un locutor graba su voz en un podcast, miles de personas pasan horas revisando su smartphone o computadora en busca de nuevas historias.
15/06/2020

Los peri贸dicos se publicaron por exigencia de la gente. Primero, la necesidad de informaci贸n los hizo posibles. Puede decirse que los peri贸dicos no crearon lectores; los lectores crearon los peri贸dicos.

El desarrollo de la imprenta buscaba justamente llenar el ansia de conocimiento que comenzaba a mover a la naciente poblaci贸n urbana. En 1605 se perfeccionaron las t茅cnicas para grandes impresiones a bajo costo.

Y, al fin, lleg贸 el Oxford Gazette en 1665, el primer peri贸dico que circul贸 en las calles de Londres, apenas una hoja de tama帽o oficio. Anteriormente, circulaban miles de panfletos salpicados de chismes y rumores. Aunque oficialista, el Gazette presentaba hechos reales e inclu铆a noticias del extranjero (https://bit.ly/37oa38E).

Pasaron pocos a帽os para que aparecieran publicaciones de gran formato y varias hojas y, con ello, la venta de espacios publicitarios a p谩gina entera o por fracciones. El negocio acababa de nacer.

Eran otros tiempos, otros individuos, otras familias; casi todos, pobres. Era de suma importancia tomar parte de los cambios pol铆ticos, ejercer los nuevos derechos (sufragar, principalmente) para salir del atraso. La promesa de la modernidad era alcanzar el bienestar por la acci贸n de gobiernos democr谩ticos o parlamentarios (una c谩mara integrada por representantes del pueblo).

Siendo el gobierno, pues, 鈥渁sunto de todos鈥, los peri贸dicos no necesitaron m谩s temas que 茅ste para captar la atenci贸n de las masas. La autoridad misma aprovech贸 esta facilidad de circular en la calle para promoverse. Poco a poco, la prensa se hizo m谩s grande y poderosa.

Por lo tanto, los peri贸dicos llegaron con el triunfo de las ideas liberales y la democracia, del gobierno de todos y para todos. Llegaron, implacables, para hacer valer la igualdad entre los individuos sin importar su g茅nero, raza o nivel social. Este concepto, la igualdad, se dice hoy llanamente pero en el siglo XIX despertaba iras y recelos.

As铆 se quejaba el m茅dico Max Nordau: 鈥淟a igualdad es para la clase poseedora una abominaci贸n insoportable; es la 煤nica conquista de la gran Revoluci贸n que haya sobrevivido a todas las transformaciones ulteriores del r茅gimen pol铆tico y haya quedado viva en el pueblo franc茅s (鈥) El 煤ltimo de los vagabundos, el rufi谩n de las grandes ciudades, el trapero y el mozo de cuadra se creen valer tanto como el arist贸crata de sangre azul, y se lo dicen sin rodeos en su misma cara, cu谩ntas veces se presenta la ocasi贸n鈥. Seg煤n Nordau, esta actitud no responde a ideales humanistas sino a la p谩lida envidia.

Como sea, desde la promulgaci贸n de las constituciones liberales en el mundo, el pueblo ha ejercido su derecho a gritar y a protestar en las narices del gobernante. Salvo en las dictaduras, este ha sido el orden social de los pa铆ses modernos.

LA REBELI脫N DE LAS MASAS

El escritor Jos茅 Ortega y Gasset describi贸 algunas caracter铆sticas de la naciente modernidad, y no pod铆a ser m谩s pesimista. En 鈥淟a rebeli贸n de las masas鈥 (1955), conden贸  la preeminencia de la vulgaridad sobre lo culto, de las mayor铆as sobre las minor铆as, de la novedad sobre la tradici贸n. Los peri贸dicos hicieron eco del progreso cient铆fico, de las luchas sociales y del futuro, temas todos que dejaron un mal sabor al pensador espa帽ol porque lo confirmaron en sus sospechas: la presencia invasora de la multitud.

Ortega y Gasset dej贸 un perfil sicol贸gico de lo que, a su entender, era el hombre-masa:

1- Tiene una impresi贸n radical de que la vida es f谩cil.

2. Interviene en todo, imponiendo sin miramientos su vulgar opini贸n; es decir, por la acci贸n directa.

Como las personas, aun las de igual condici贸n, se diferencian por sus creencias, or铆genes y gustos, los peri贸dicos utilizaron forzosamente un estilo 鈥済eneralista鈥 para juntar a diferentes tipos de lectores; hablaban de empleo, salarios, enfermedades o elecciones de manera impersonal, distanciados emocionalmente del lector.

Casi sin alteraci贸n, esta ha sido la forma de hacer peri贸dicos (o periodismo) en los 煤ltimos 100 a帽os.

De modo imperfecto, con dificultades, la vida de los ciudadanos comenz贸 a mejorar al paso del tiempo. En el mundo, la mortalidad infantil pas贸 de 20 por ciento en 1950 a 2 por ciento en 2015. La esperanza de vida, de 40 a帽os en 1900, subi贸 a 80. El problema ya no fue la supervivencia sino la inestabilidad (econ贸mica, laboral, emocional).

La gente descubri贸 el ocio, el tiempo libre, el entretenimiento, actividades impensables hace cien a帽os salvo para las 茅lites. Hombres y mujeres pudieron pasar horas frente al televisor, en el cine o leyendo. Eran millones de personas.

As铆, a medida que aumentaba la seguridad social, los ciudadanos voltearon menos a la pol铆tica. Entonces, se dedicaron a relacionarse, a aprender, a entretenerse. E Internet potenci贸 estas tres actividades como ning煤n otro medio lo hab铆a hecho antes.

La nueva realidad se reflej贸 en una explosi贸n de sitios y p谩ginas virtuales. Hoy, la red contiene 500 mil millones de gigabytes de informaci贸n (textos, gr谩ficos y audios). Esto, convertido en papel, equivale a diez veces una pila de libros entre la Tierra y Plut贸n. A este oc茅ano sin fondo se le conoce como Big Data (https://bit.ly/2vtnA1y).

Leer, o铆r y ver; tambi茅n escribir, mostrar, publicar: todos participan y tienen algo qu茅 decir; sobre todo, algo qu茅 buscar. En 2009, hab铆a 113 millones de blogs en l铆nea; en 2011, lleg贸 al bill贸n. 驴Qui茅n se atreve a leer esto sin la certeza de que morir谩 antes de haber empezado?

Mientras un escritor corrige su texto, un productor edita su video y un locutor graba su voz en un podcast, miles de personas pasan horas revisando su smartphone o computadora en busca de nuevas historias.

Estados Unidos ha aprovechado mejor que nadie las nuevas oportunidades del Internet. Por ejemplo, Medium. Desarrollado por Twitter, es una plataforma para narradores y cronistas, autores de no ficci贸n, quienes pueden abrir una cuenta gratis para publicar su trabajo. La compa帽铆a selecciona despu茅s diversos textos por su valor humano y los comparte masivamente. Para subirlos, exige calidad literaria y conocimiento del tema (o de un hecho concreto). La secci贸n se llama Human Parts y atrae a millones de lectores (https://humanparts.medium.com/). Desde el sitio, los escritores promueven su trabajo y reciben propuestas de editoriales.

Convencidos del auge de lectores, un grupo de j贸venes holandeses cre贸 la plataforma Blendle. M谩s que una web, es un startup que comparte historias, cr贸nicas y reportajes de otros medios a trav茅s de sus p谩ginas. Su r谩pido crecimiento hizo que el New York Times invirtiera en ellos 3.8 millones de d贸lares. 鈥淐reamos Blendle por amor al gran periodismo鈥, dice su fundador. En vez de suscripciones mensuales y p谩ginas llenas de temas aburridos, en Blendle se paga por art铆culo le铆do. Pero si, por alg煤n motivo, el art铆culo desagrada al final, el usuario puede retomar su dinero. Esto casi no sucede porque los asuntos tratados son instructivos o muy amenos https://blendle.com/.

De manera natural, este p煤bico creciente tambi茅n atrajo a otros creativos. Hoy se vive en Estados Unidos una nueva 鈥渆dad de oro鈥 de la radio hablada pero en formato digital, llamado podcast. Otra vez, los temas m谩s buscados son historias, vidas ejemplares, episodios destacados. Uno de estos programas, In the Dark (En lo oscuro), trata de casos polic铆acos insolubles o mal fallados por la justicia; se publican entrevistas con nuevos testigos, familiares de las v铆ctimas o jueces. La calidad de producci贸n, rigor informativo y amplia investigaci贸n resultan brillantes, y no sorprende que lo declaren un 鈥渁contecimiento mundial鈥 (aunque se refieran, como el beisbol, a la cultura exclusiva de la Uni贸n Americana) (https://www.apmreports.org/in-the-dark).

Los ejemplos anteriores nos permiten mostrar algunas claves de la superioridad del Internet sobre los sistemas conocidos:

-Millones de personas usan diariamente dispositivos m贸viles y buscan temas interesantes. Con los ojos en la pantalla, se les ve en el Metro, el autob煤s, y a煤n en la banca de una iglesia.

-Historias reales, relatos y entrevistas de personas o comunidades en situaciones serias o simp谩ticas provocan reacciones masivas o, como dicen hoy, tendencia.

Detr谩s de todo esto, vienen la prensa, la radio y la televisi贸n, a paso de elefante. Internet ha cubierto las tres principales necesidades de la gente de hoy: relacionarse, aprender y entretenerse.

julian.javier.hernandez@gmail.com

 



JULI脕N J. HERN脕NDEZ ha sido editor y colaborador en peri贸dicos de Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de M茅xico. Actualmente es asesor en temas de comunicaci贸n y copywriting. https://medium.com/@j.j.hernandez

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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