Un partido político tiene que mostrar, como parte importante de su ser, disciplina, ya sea ante sus líderes o ante su propia organización, en el momento en que la disciplina se erosiona, el partido puede estar en riesgo, recordemos lo que sucedió en el PRI y cómo esto fue predicho por Daniel Cosío Villegas.
Lo anterior viene a colación debido a la forma en que algunos miembros de Morena se están comportando a raíz de la salida de YSQ de la presidencia y de su ausencia en el ámbito público de ese partido.
Por principio de cuentas, los coordinadores de las bancadas morenistas en el Senado y la Cámara de Diputados parecen no rendir cuentas a quien en teoría es la jefa de ese partido, me refiero a la presidenta Claudia Sheinbaum por si había alguna duda.
Tanto Adán Augusto en el Senado, como Ricardo Monreal en la Cámara de Diputados parecen querer mostrar que ellos en realidad tienen poder y no responden a la presidenta Sheinbaum sino a otro poder, al parecer innombrable.
El escándalo de Adán Augusto y su exsecretario de Seguridad cuando fue gobernador de Tabasco, parece no importarle y se maneja como si su figura no hubiera sido manchada por un caso que a todas luces es igual al de García Luna y Calderón que tanto utilizaron para hacer referencia a la corrupción de otros sexenios. El señor ahora sale con que él no sabía nada, que nunca sospechó, ni siquiera cuando estuvo en Gobernación, imagínense lo buen secretario que fue en el segundo cargo político del país.
Por su parte, Monreal hace como que no escucha a la presidenta cuando habla de austeridad, pese a los llamados de atención que ha recibido por viajar en helicóptero y posteriormente debido a sus vacaciones por España.
Pero eso es peccata minuta ante la desobediencia que muestra frente a la propuesta de la presidenta Sheinbaum de que familiares cercanos no ocupen puestos heredados por familiares cercanos, nepotismo pues, esto en el caso de la gubernatura de Zacatecas que al parecer los Monreal ya consideran parte de su patrimonio.
El problema va más allá de estos dos actores que mal que bien tienen una trayectoria en la 4T, pero gente como la senadora Andrea Chávez que prácticamente está iniciando su quehacer político desafiando a la presidenta con un “ya veremos” cuando se le pregunta si hará caso a la palabra presidencial de no anticipar campañas o de la diputada conocida como “Dato Protegido” y su esposo quienes parecen no saber lo que significa honrada medianía.
O una regidora de quién sabe qué municipio del sur del país que presume sus viajes en redes sociales y asegura que seguirá haciéndolo porque ella tiene derecho y nadie le va a decir qué hacer con su dinero, en fin, puros signos de indisciplina, de que no existe control dentro del partido del gobierno.
Es un suicidio político el que estamos observando, eso pensando claro está, en que las elecciones continuarán siendo libres, en caso contrario, ni hablar, están jugando con el librito, como dicen los técnicos de futbol.
