Muchos de los analistas políticos en el país, de alguna u otra manera están esperando que "la realidad" alcance a la llamada 4a Transformación, confían en que, en el largo plazo, esa "realidad" desenmascarará los errores que el actual gobierno está cometiendo.
Dudo que tales analistas ignoren que en realidad a López Obrador no le importa eso, porque para mantenerse él en el poder, o su partido, lo único que necesita es ganar elección tras elección, cada tres años y para ello, solo requiere afianzar su base electoral.
Es claro que, de insistir en el tipo de errores de carácter económico que actualmente está cometiendo López Obrador, seguramente habrá un menor crecimiento y hasta, posiblemente, algún tipo de crisis económica y que la misma afectará incluso a los que menos tienen, es decir, a quienes supuestamente se beneficia con los programas sociales del actual gobierno.
Sin embargo, mientras esa crisis no afecte los beneficios que reciben los simpatizantes de Morena y los sigan recibiendo de la mano directa de López Obrador o de sus adláteres, dificilmente esa crisis se reflejará en las urnas contra el actual presidente o su partido.
Así que si están esperando a ver pasar el cadáver de su enemigo, lo mejor sería que dejaran de pensar de esa manera, eso no va a suceder, no en el corto o mediano plazo, menos si la mayoría legislativa que ha construido Morena, continúa cambiando las leyes mediante las cuales se rige la vida institucional.
De suceder eso, los efectos de la 4a T seguirán sintiéndose durante muchos años y la realidad que perciben los analistas que esperan ese golpe de realidad, estarán viendo una muy diferente a la que perciben quienes reciben los beneficios de un gobierno que dice estar viendo por el pueblo, lo que, asegura también, no hicieron otros.
Así es que "la realidad" con mayúsculas depende en gran medida de dónde se esté parado. Que puede haber crisis económica derivada de las actuales políticas de López Obrador, eso no está en duda, lo que debería cuestionarse es si esa crisis le afectará entre su base de votantes.
Si la respuesta es no, entonces no habrá un "frentazo" contra esa realidad.