Las tarifas del transporte urbano se han convertido en un verdadero problema para la actual administración estatal.
Un problema al que no encuentran solución, o al menos una solución razonable, que sirva a los transportistas, pero que no golpee tanto a los usuarios.
Y no le encuentran porque, creo, de alguna u otra forma están pensando en 2021, en la sucesión gubernamental. Ello pese a que, francamente, el actual gobernador no deberÃa ni siquiera de considerar, ya que su influencia tenderá a cero en ese proceso polÃtico electoral, toda vez que habiendo llegado al poder con una aplastante mayorÃa de votos, dilapidó rápidamente su capital polÃtico y hoy no tiene posibilidades de influir, salvo a la mala, en su sucesión.
Como en muchas cosas de la vida, no hay soluciones fáciles en el caso del transporte. Sobre todo en un problema que parece ser de suma cero, es decir, lo que uno gana, el otro lo pierde. El aumento del costo en las tarifas se reflejará en un mayor gasto para los usuarios y en menos recursos que éstos tendrán para dedicarlo a otros rubros, como por ejemplo salud y alimentación, ya no digamos educación o recreación.
Un aumento a las tarifas del transporte representará un paso más en el declive de la calidad de vida de quienes se ven obligados a usarlo dÃa tras dÃa. Por supuesto, también, en una fuente más de insatisfacción de los ciudadanos con la forma en que gobierna El Bronco.
Una y otra vez se "patea el bote" y no se toma la decisión precisamente por temor a la reacción de los ciudadanos en las urnas, pero también por temor a los grupos de poder que se integran entre los prestadores de este servicio.
Y es que las concesiones del transporte en muchos casos fueron producto de pagos que se hicieron a los amigos y cómplices partidistas y no producto de una planeación, hecho que hoy cobra su costo al actual gobernador, pese a que no sea suya la culpa, al menos no en su totalidad.
Me parece correcto que se haga una reestructuración de las rutas camioneras antes de decidir los aumentos, gran parte de la ineficacia del transporte resulta, precisamente, de la forma en que se estructuró para hacer pagos de favores polÃticos, principalmente, aunque siempre hay excepciones.
Asà estamos hoy, una situación polÃtica que deberÃa ya no importar al gobernador, está deteniendo la toma de decisiones, lo que terminará por agravar la situación del propio transporte.
Claro, a menos que Jaime esté pensando en algún tipo de negociación con el que venga y espere a que se definan los candidatos para decidir qué hace.