Hace apenas unos años, el avión presidencial que no tenÃa ni Obama alcanzaba para todo, desde medicinas, hasta todo aquello que usted se pueda imaginar, fue vendido, rifado y finalmente vuelto a vender aunque parece que todavÃa se deben más de mil millones de pesos.
Hoy los mil millones que representa la operación del El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, INAI, parece que jugarán esa función, quizá junto a algunos organismos autónomos más.
Parece que ya nadie recuerda ese avión ni los 500 mil millones de pesos anuales que se ahorrarÃan en el paÃs gracias a que se eliminarÃa la corrupción y, si como dice el presidente López Obrador, esa corrupción que habÃa ya fue erradicada, por qué mejor no dedicar esos cientos de miles de millones a las pensiones en lugar de los mil del INAI. SerÃa algo asà como una octava parte de lo que actualmente hay en las Afores que se agregarÃa anualmente a la masa de las pensiones de los trabajadores.
¿O qué nos parecerÃa utilizar el millón de millones de pesos que con que se ha apoyado a Pemex para mejorar las pensiones, serÃa un mil veces el presupuesto del INAI? ¿O quizá utilizar los recursos del Tren Maya para ello, serÃan más de 100 veces solo en este año y unas 500 veces el presupuesto de ese instituto?
Si en realidad el presidente tuviera en mente mejorar las pensiones no harÃa esas propuestas que en términos económicos resultan ridÃculas, ya que en realidad no aportan nada, solo temas para la campaña presidencial en favor de Morena.
Porque, por poner solo el ejemplo, si en las Afores hay 4 billones de pesos y las pensiones son hoy bajas y el presidente pretende aumentarlas ahorrando mil millones, es decir, 4 mil veces menos de lo que hoy tienen los trabajadores para generar sus pensiones en qué ayudarÃan esos mil millones de pesos, seguro que al rato va a sumar ahà los 15 mil millones de pesos de los fideicomisos de la SCJN.
La realidad es que el presidente es un excelente sofista, genera temas que no se pueden debatir porque parecen irrebatibles, cuando en realidad no tienen sentido y precisamente por ello no se pueden debatir.
Es un excelente jefe de campaña, eso sÃ, de Claudia Sheinbaum y ya no recuerda aquél ¡Cállate, Chachalaca! Que tanto le costó en 2006 y ahora es él, como presidente, quien interfiere una y otra vez en las campañas, pero sosteniendo que él no se mete porque lo pueden multar.
¡Por favor!, si en realidad está pensando en mejorar las pensiones de los mexicanos, quizá deberÃa de socializar las ganancias que podrÃa generar un Pemex trabajando en condiciones distintas y no las pérdidas como hoy se hace.
En fin, que debemos prepararnos para que el presidente nos cuente la historia de las pensiones que no tiene ni Obama… pero que él hará posibles.