Los traidores, aquellos que abandonan la causa a la que juraron lealtad, generan rechazo y desprecio, no solo entre aquellos a quienes traicionan, sino tambi茅n entre los que, ir贸nicamente, buscan ganarse.
Y lo vemos en todos los 谩mbitos, todos nos hemos topado con alguno, acabamos de ver lo que sucedi贸 con la aprobaci贸n de la reforma judicial , son, en esencia, mercenarios ideol贸gicos que no encuentran refugio en ninguna parte y ahora, con el tema que nos ocupa, la detenci贸n de "El Mayo鈥 Zambada.
El traidor, al vender su lealtad por conveniencia, se convierte en una especie de ap谩trida dentro del mundo criminal: no pertenece a ning煤n lado y su destino suele ser el ostracismo o la muerte.
En una guerra interna como la que se libra en Sinaloa entre "Los Chapitos" y los leales a "El Mayo" Zambada, los traidores representan el eslab贸n m谩s d茅bil, incapaz de ser confiado ni por sus antiguos aliados ni por sus nuevos patrones.
La situaci贸n en Sinaloa es un reflejo de la sumisi贸n del Estado frente al poder de los c谩rteles. Desde la captura de Ismael Zambada, el conflicto entre "Los Chapitos" y los leales al "Mayo" Zambada se ha convertido en una guerra sin cuartel.
Y el gobierno, nom谩s como el 鈥渃hinito鈥, poniendo en evidencia la ineficacia y el desinter茅s del gobierno estatal y federal por enfrentar esta crisis con seriedad.
Mientras tanto, la poblaci贸n sufre las consecuencias de un conflicto, los comercios no abren ni las escuelas tampoco, y la respuesta de las autoridades ha sido vergonzosa. El gobernador Rub茅n Rocha Moya ha minimizado repetidamente la gravedad de los hechos, describiendo la situaci贸n como "controlada", cuando claramente no lo est谩.
Suspensi贸n del Grito de Independencia fue la 煤nica medida destacable, una decisi贸n que llega demasiado tarde y que refleja m谩s el p谩nico y la impotencia de las autoridades que una estrategia real para enfrentar la violencia.
El presidente Andr茅s Manuel L贸pez Obrador, en su t铆pica ret贸rica, ha insistido en que hay "elementos suficientes para mantener la paz", una declaraci贸n que suena hueca ante el constante sonido de las balas en las calles de Culiac谩n y Concordia.
Esta pasividad, permisi贸n de parte del gobierno tiene un precio muy alto. Adem谩s de las vidas perdidas, la econom铆a de Sinaloa est谩 en ruinas. Las p茅rdidas ascienden a m谩s de 800 millones de pesos, y las cifras siguen en aumento.
El comercio se ha desplomado, con cierres masivos de negocios y despidos de miles de trabajadores. En algunos sectores, la actividad econ贸mica ha sido paralizada por completo, mientras que en otros se registran saqueos y extorsiones generalizadas. Empresas como Oxxo han implementado medidas extremas para proteger a sus empleados, y Aerom茅xico ha flexibilizado sus pol铆ticas de cambio de vuelos para quienes deseen evitar viajar a la regi贸n.
El papel del ej茅rcito es igualmente de llamar la atenci贸n, es obvio que siguen las 贸rdenes de su comandante supremo, a pesar del supuesto "refuerzo" de tropas en la regi贸n, la violencia sigue fuera de control. 驴D贸nde est谩n los soldados cuando los sicarios cierran carreteras y atacan impunemente a la poblaci贸n civil? Las Fuerzas Armadas parecen m谩s interesadas en evitar el conflicto directo con los c谩rteles que en proteger a la ciudadan铆a. Este es un patr贸n ya conocido: primero se despliega al ej茅rcito como un s铆mbolo de autoridad, pero cuando se enfrenta a los c谩rteles, el gobierno retrocede, dejando a la poblaci贸n a merced de los criminales. Los sinaloenses no queremos que se abrace a los delincuentes.
Hoy mis paisanos, viven en un estado de terror permanente. Familias enteras se han desplazado a otras regiones, huyendo de una violencia que parece no tener fin. La educaci贸n se ha visto interrumpida en m煤ltiples ocasiones, con la Universidad Aut贸noma de Sinaloa (UAS) optando por clases virtuales debido a que muchos estudiantes, especialmente aquellos provenientes de zonas rurales, no pueden asistir f铆sicamente por la inseguridad.
Hoy entre los criminales y el gobierno la sociedad sinaloense vive atrapada entre la indiferencia de las autoridades y la crueldad de los c谩rteles. El gobierno en un mero espectador de una tragedia que 茅l mismo ha permitido. Sinaloa, al igual que otras regiones del pa铆s, es un Estado fallido, donde la ley del m谩s fuerte se impone y el ciudadano com煤n est谩 a merced de grupos criminales.
El gobierno debe dejar de lado su discurso vac铆o y actuar con firmeza y decisi贸n. No basta con enviar m谩s tropas o hacer declaraciones optimistas. Es necesario un compromiso real para restablecer el estado de derecho y lo m谩s importante, proteger a la poblaci贸n.
Aqu铆 cabe cuestionarse, 驴los traidores de esta historia son 鈥渓os chapitos鈥 o quienes en campa帽a dijeron que iban a proteger al pueblo?
En ambos mundos, tanto en el del crimen como en el de la pol铆tica, los traidores terminan solos. Y quiz谩s sea ese su peor castigo: la incapacidad de pertenecer, la certeza de que siempre ser谩n vistos con sospecha y la condena a un exilio permanente, porque, al final, nadie quiere a un traidor entre sus filas.
Hoy, duele lo que pasa en Sinaloa, mi solidaridad con ellos, pero son gente trabajadora y de lucha que pronto lograr谩n reponerse de esos golpes que asesta la vida.
Tiempo al tiempo.