Apenas vimos unas imágenes que parecían sacadas de una película de ciencia ficción, cuando a escasos 150 metros de la plataforma satélite KU-C, en la Sonda de Campeche, se presentó un incendio en la línea submarina, provocado por una fuga de gas y tormentas eléctricas, de acuerdo con el parte oficial.
El video del incidente, dio la vuelta al mundo y personalidades como Greta Thunberg, Bernie Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez, incluso el actor que dio vida a Luke Skywalker en Star Wars, Mike Hammil, se pronunciaron al respecto.
Un incidente que, a pesar de su espectacularidad, afortunadamente no dejó heridos ni muertos. Sin duda el mejor regalo que pudo recibir el presidente en su celebración del 2 de julio.
Sin embargo, esto es una muestra de todo lo mal que se encuentra Pemex, a cargo del ingeniero agrónomo, Octavio Romero Oropeza, pues este tipo de “accidentes” no son azarosos, provienen de descuidos institucionales causados por la falta de mantenimiento.
Cómo estarán de mal que según la opinión del congresista norteamericano Brian Babin, por el distrito 36 de Texas, “Pemex no tiene la experiencia ejecutiva, gerencial o técnica para instalar una instalación de vanguardia de manera segura”, al referirse a la reciente adquisición de la refinería Deer Park por parte del Gobierno de México.
De igual forma, las instalaciones y los centros de trabajo de la Región Marina Noreste -la mayor productora de petróleo del País, donde se encuentran Cantarell y Ku Maloob Zaap-, en la Región Marina Sur y Plataformas de Perforación, se encuentran operando en condiciones realmente infames y, no quiero ser ave de mal agüero, pero esto es una bomba de tiempo.
Como todos sabemos, Pemex adeuda a sus proveedores poco más de 50 mil millones de pesos en varios departamentos que, sin duda repercute en todas las áreas de la empresa.
En primera instancia ya se han registrado despidos de empleados en las pequeñas y medianas empresas ante la insolvencia para pagarles y por consiguiente corre el riesgo de quedarse sin contratistas además de un retraso importante en producción y extracción del crudo que trae como consecuencia inevitable una caída en los ingresos petroleros.
Pemex vive hoy uno de sus peores momentos en las últimas décadas y eso se puede palpar desde la base trabajadora, que ha tenido que sufrir la irresponsabilidad de la actual administración de Pemex, pues las condiciones en las que desempeñan sus labores no son las ideales, desde rubros tan simples como el hospedaje y la alimentación, que se han visto afectados por la falta de pago, pues les dan comida echada a perder y en el mejor de los casos sándwiches.
En el caso del hospedaje a los trabajadores de plataforma, también ha sido deficiente, al grado de tener que dormir en la intemperie por no contar con una climatización adecuada en sus dormitorios. Ni siquiera jabón y papel de baño.
Es lamentable que los trabajadores de plataforma, a pesar de los riesgos propios de su labor diaria, tengan que improvisar y apelar al “ingenio mexicano” para resolver su día a día. Lo cual se reconoce y se aplaude, pero por otro lado en una de esas les puede costar la vida.
Las condiciones de las plataformas, de acuerdo con informes oficiales, van desde corrosiones severas en las líneas, fallas en las redes contra incendio, fugas, botes de salvamento inservibles en las plataformas y falta de salidas de emergencia eficientes en los centros laborales, botes salvavidas inservibles, equipos anti–incendio inoperantes y un largo etcétera.
Pero eso no es todo, a pesar de que hay políticos oportunistas como la Senadora Cecilia Sánchez García, quien se autonombra líder petrolera y embajadora de los petroleros, que dizque denuncian y que se preocupan por los trabajadores, la verdad es que solo hacen pantomima y jalan agua para su molino porque los trabajadores llevan varios meses en estas lamentables condiciones.
Y también, el mal manejo de la pandemia por parte de la actual administración de Pemex, ha generado más de 20 mil contagios y ha costado la vida a casi 3 mil trabajadores.
Y no solo eso, sino que aunado a ello hoy existen poco más de 2 mil viudas por la pandemia a las que la paraestatal las ha dejado en el desamparo, pues no las ha indemnizado.
Con todo esto y más en contra, los trabajadores se han rifado la vida en sus puestos de trabajo sin dejar de laborar y continuando con sus tareas para que las metas de producción de la paraestatal se logren.
Sin embargo, el Ingeniero agrónomo y sus funcionarios han hecho caso omiso a estas peticiones que se resumen no en dádivas, sino en que se les otroguen las condiciones óptimas para realizar su labor cotidiana.
El actual régimen, cuya apuesta es Pemex y todos los combustibles fósiles, no entiende que no entiende, que si ese es su baluarte su símbolo, mínimamente debería estar operando en condiciones óptimas para que no se esté poniendo el pie a cada rato.
El gobierno debe estar obligado a tener al tope los cuidados y el mantenimiento para preservar la operación de Pemex, tanto en mar como en tierra.
Lo que a muchos nos parecía imposible, el ver un anillo de fuego en el mar, sucedió por todo lo que hemos comentado anteriormente y es una analogía perversa de que este régimen todo le sale mal que hasta “se le quema el agua”.
La cuarta transformación no entiende que con la integridad, la seguridad y la salud de los trabajadores no se juega.
Tiempo al tiempo.