El Indicador de Confianza al Consumidor (ICC) de octubre mostró un incremento mensual de 1.4 puntos, representando su quinto avance mensual consecutivo, para ubicarse en 37.6 puntos. Se observó un mayor dinamismo en la recuperación de la confianza del consumidor en el mes de referencia, luego de que en los meses previos registró un avance mensual de 0.6 y 1.3 puntos en agosto y septiembre, como reflejo de menores restricciones de movilidad en algunos estados. No obstante, los avances mensuales no han sido suficientes para compensar la caída de abril y mayo, ya que se ubica 6.2 por debajo de lo observado en octubre del 2019 y es 3.8 menor que el promedio de los últimos dos años de 41.4 puntos.
Al interior, sus cinco componentes mostraron incrementos, aunque el componente con el menor nivel sigue siendo el que indica si es momento para realizar compras de bienes duraderos con 17.3 puntos, registrando un modesto avance de 0.9 puntos, consistente con el gasto de las familias que se ha enfocado en bienes esenciales. Asimismo, se registraron moderados avances en los componentes relacionados con la situación económica del país, con la expectativa futura incrementándose 0.9 puntos, lo que podría ser reflejo de la incertidumbre que genera la política económica. Por su parte, el componente de la situación económica actual mostró un avance de 1.1 puntos.
En cambio, una mayor fortaleza se concentró en los componentes relacionados con el hogar, donde la situación actual mostró un incremento de 2.3 puntos, mientras que la situación futura aumentó 1.7 puntos. Lo anterior, podría estar relacionado con la recuperación gradual del empleo y a que los hogares esperan el desarrollo de una vacuna los próximos meses.

Por otro lado, el ICC se ubicó por encima del “umbral empírico” de 34.5 puntos por segundo mes consecutivo. Sin embargo, aún se considera que es poco probable que lo anterior se vea reflejado en una recuperación del consumo más acelerada, ya que el último dato disponible del consumo privado de julio refleja una severa contracción anual de 15.28%.
En resumen, el indicador muestra menor pesimismo entre los consumidores, aunque no se prevé que esto sea suficiente para impulsar el consumo debido a que persiste un ambiente adverso relacionado con: 1) la debilidad en el mercado laboral. Si bien se han observado importantes avances en meses recientes en la ocupación, al mes de septiembre aún quedan 4.7 millones de personas que se encuentran sin trabajo como consecuencia del confinamiento y se ha observado que la recuperación de gran parte de los trabajos ha sido de bajos salarios, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE); 2) cautela en el gasto de los consumidores debido a la incertidumbre respecto a la trayectoria de la pandemia. El número de contagios por coronavirus en el país ha mostrado un repunte recientemente, lo que ha provocado que algunos estados como Durango y Chihuahua regresaran al semáforo epidemiológico rojo (alerta máxima), ocasionando que se endurezcan las restricciones de movilidad. Adicional a esto, la temporada invernal podría incrementar las hospitalizaciones derivado del usual aumento en este periodo de las enfermedades respiratorias; y 3) la percepción de una disminución en el poder adquisitivo debido a que la inflación se ha ubicado por arriba del 4% durante dos meses consecutivos. Grupo Financiero BASE estima una contracción promedio del consumo privado del 10% en el 2020.