Las encuestas de fin de año nos mostraron que el tema era preponderante: los feminicidios y la violencia contra las mujeres fueron considerados por los mexicanos como lo peor que había sucedido en 2019 en el país, por encima de otros graves problemas de seguridad pública. Pero eso no es todo: esas encuestas nos permiten deducir que sí ha habido una concientización, aunque asimétrica, sobre el tema. Me explico.
De acuerdo con la encuesta nacional de El Financiero que se publicó el 31 de diciembre, el 44 por ciento de las personas entrevistadas señaló a los feminicidios como lo peor del año. Por su parte, el 30 por ciento señaló que lo peor de 2019 es que haya sido el año con el mayor número de homicidios dolosos. Comparando ambas temáticas, la preocupación por los feminicidios fue significativamentre más alta. Comparando con una encuesta del año anterior, los feminicidios casi no se mencionaban.
Quienes más mencionaron a los feminicidios como lo peor del 2019 fueron las mujeres, en un 49 por ciento; los hombres en un 38 por ciento. La brecha de opinión entre unas y otros fue de 11 puntos. Sin embargo, enfocándonos a subgrupos más espécíficos, el señalamiento de los feminicidios como lo peor del 2019 alcanzó 59 por ciento entre las mujeres de 18 a 29 años de edad, las más jovenes de la muestra, y el 32 por ciento entre los hombres de 30 a 49 años. La brecha de opinión entre un subgrupo y otro fue de 27 puntos. Las mujeres jóvenes son las más preocupadas por la violencia de género; en contraste, los hombres de edad mediana son los menos empáticos.
Hay que señalar, sin embargo, que esas diferencias de opinión no solo se anclan en diferencias de sexo o género, sino también de generación: entre los hombres de 18 a 29 años, la preocupación por los feminicidios alcanzó la mayoría, con 51 por ciento. En general, la población jóven luce más receptiva al tema. Estos contrastes de opinión nos dan una buena idea de las diferencias en preocupación y empatía (o falta de) ante la violencia de género, según el grupo demográfico.
Interpretando la encuesta, los feminicidios ocupaban un lugar central en la mente colectiva de los mexicanos al cierre de año. Hoy, la violencia contra las mujeres ha vuelto al centro de la discusión pública, reactivando la irritación, el enojo, la indignación y muchos otros sentimientos que las protestas feministas han articulado de manera clara, inequívoca y contundente. Y probablemente muy efectiva.
Según la encuesta realizada en diciembre, las protestas “Hay un violador en tu camino” fueron de lo más destacado de 2019, con 35 por ciento de las menciones (ver publicación del 31 de diciembre). Por otro lado, el 49 por ciento creía que las protestas feministas iban a aumentar en este año, comparado con el 30 por ciento que creía que van a disminuir y 16 por ciento a seguir igual (ver publicación del 2 de enero). Quienes más esperan que aumenten las protestas este año son las propias mujeres, según el estudio.
Una lectura de estos datos es que, a pesar de las connotaciones negativas con las que se les ha etiquetado, las protestas feministas sí han logrado concientizar a una gran parte de la población. Pero queda claro que esa concientización no es absoluta y que prevalece un déficit de empatía y de comprensión entre la población masculina, sobre todo de edad mediana, aunque también entre los hombres de mayor edad; no tanto entre los jóvenes. Ha sido una concientización asimétrica.
Será muy importante ver si, ante la discusión que hoy impera sobre violencia de género, las declaraciones del Presidente, las posturas públicas de representantes electos y funcionarios de gobierno, y los procesos de comunicación en general, abonan a la concientización o no. Pero más importante aún será ver acciones específicas de gobierno que ayuden a reducir esta que, hoy por hoy, podría ser la mayor y más urgente problemática nacional.