La baja que ha registrado el indicador de aprobación presidencial en el primer año y medio de gobierno de López Obrador ha sido la más severa de los últimos treinta años, en puntos porcentuales. Según las encuestas de El Financiero, la aprobación a AMLO ha bajado 27 puntos, de 83 por ciento, en febrero de 2019, a 56 por ciento, en junio de 2020.
En su momento, la aprobación al presidente Salinas subió 10 puntos en ese lapso, para quedar en 67 por ciento; la de Zedillo estaba 18 puntos por debajo, con 35 por ciento; Fox bajó 13 puntos, a 57 por ciento; Calderón subió 6 puntos, a 64 por ciento; y Peña bajó un punto, a 49 por ciento. A dos años de haber sido electos, Salinas y Calderón tenÃan los niveles de aprobación más altos, les seguÃan Fox y AMLO, y más abajo Peña y Zedillo, en ese orden.
La aprobación a cada presidente hay que entenderla en su propio contexto, pero llama la atención que el desgaste de López Obrador sea el más marcado hasta ahora. Proporcionalmente, la caÃda en aprobación de Zedillo fue más grande, en plena crisis económica, pero en puntos porcentuales la de AMLO la supera; la espiral descendente en la aprobación a Peña comenzó hasta finales de su segundo año de gobierno.
Según los desgloses demográficos, la popularidad de AMLO ha bajado más entre los mexicanos jóvenes, pero en la misma proporción entre hombres y mujeres y por niveles de escolaridad. Geográficamente, las zonas de mayor desgaste son el centro-occidente y el sur del paÃs, aunque el sur aún mantiene la aprobación más alta, con 61 por ciento, 31 puntos menos que al inicio de la gestión.
La pandemia y la crisis económica han abonado a mermar la popularidad del Presidente en las últimas semanas. La primera provocó al inicio un rebote de apoyo tipo rally que le dio a AMLO un margen extra en caso de instrumentar polÃticas más restrictivas ante la epidemia. El confinamiento se dejó, en buena medida, como opcional, y ya los resultados empiezan a tener efectos negativos en la imagen del gobierno. La caÃda de la economÃa también ya se sintió fuerte, como temblor; ahora hay que ver si los daños estructurales van pasando factura a la aprobación más adelante y no sólo ahora.
La recuperación económica será uno de los factores clave para la popularidad en los meses próximos. El Presidente ha dejado ver que tiene altas expectativas en el nuevo T-MEC y en las remesas que reciben muchas familias mexicanas. Según la encuesta de El Financiero publicada ayer, dos tercios de los entrevistados tienen altas expectativas en el nuevo Tratado comercial, y esas expectativas se conectan de manera directa con la popularidad: quienes ven al T-MEC con optimismo aprueban al Presidente en 62 por ciento; los pesimistas lo aprueban en 47 por ciento. El éxito económico del T-MEC tiene el potencial de convertirse en éxito polÃtico. También lo opuesto.
Las remesas lucen sólidas, a pesar de la pandemia y de la crisis económica, pero sus beneficios a las familias receptoras no se traducen en apoyo polÃtico al Presidente. Si acaso, es al revés. Según la encuesta de El Financiero, el nivel de aprobación a AMLO es 50 por ciento entre quienes reciben remesas, 53 por ciento entre quienes tienen familiares en Estados Unidos pero no reciben remesas, y 59 por ciento entre quienes no tienen familiares allá. A pesar de lo que algunos piensan, quizás incluido el propio Presidente, las remesas no son un factor que abone hoy a la popularidad presidencial. De hecho, tampoco lo eran en gobiernos anteriores.
Con un respaldo ciudadano de 56 por ciento y tendencia a la baja, el Presidente viajará a Washington para reunirse con Donald Trump y dar el banderazo simbólico al T-MEC. Será muy interesante ver si la visita mueve los números en las encuestas, en ambos lados de la frontera.