Jueces en Berlín

Adolfo González

EL SEXTANTE
El 1 de junio de 2025, fue el día en que se consumó que la justicia favorezca al movimiento gobernante, al régimen establecido. A efectos prácticos no hay más poder en México que el ejecutivo, teóricamente a cargo de Claudia Sheinbaum.
04/06/2025

“Todo régimen cae antes por el entusiasmo de sus fanáticos que por la oposición de sus detractores”, Jorge Bustos.

Cuenta una anécdota histórica que, en el siglo XVIII, Federico II de Prusia amenazó a un sencillo molinero con expropiar su máquina, próxima a uno de los palacios del rey. Parece ser que a Federico, apodado el Grande, le molestaba el ruido. Sin embargo, el proceso abierto terminó con sentencia judicial a favor del súbdito, que pronunció la famosa frase: “¡Majestad, aún quedan jueces honestos en Berlín!”. Hay quien atribuye la frase a la reacción de acatamiento del propio monarca, pero, cualquiera de los dos que la dijera, la enseñanza es clara: la tutela judicial efectiva es fundamental, y nos debe proteger e igualar a todos ante la ley, independientemente de la condición de las partes implicadas. Me temo que, este domingo, hemos asistido a la defunción como tal de la ya de por sí débil garantía judicial en México, y por supuesto al fin de la también frágil separación de poderes que quedaba, certificada su defunción por obra y gracia de la 4T.

Hemos visto, eso sí, a un desfile de profesionales de la política, que se han mostrado participando en la pantomima, porque cada cual ha querido, ultimadamente, arrimar el ascua a su sardina con su propio acordeón. Dijo el INE que no estaba permitido, y los observadores internacionales que no se vio ninguno el domingo. El daño ya estaba hecho, porque el principal acordeón lo lleva tocando años un músico tabasqueño. Había hace unos años una artista, de nombre María Jesús, que completaba su apelativo artístico con la coletilla “y su acordeón”. Lo curioso es que su mayor éxito, que alguno de ustedes quizá recordará, era el llamado baile de los pajaritos, cuya letra, “pajaritos por aquí, pajaritos por allá”, parecía presagiar lo vivido el domingo, aunque a quienes se vio fue más bien a pajarracos, alguno hasta de mal agüero.

La 4T, por supuesto, hizo actuar a todas sus figuras estelares. Incluso el Gran Tlatoani, su gurú y fundador, regresó de La Chingada para dejarse ver por el pueblo bueno. Dicen que más delgado, anticipando el futuro de una especie de eremita reseco y entregado a la meditación, como un dios venido a menos pero a quien, mal que les pese, quienes ahora detentan el poder le deben mucho. Tanto, que casi todos se atreven unos contra otros, pero nunca contra él. Por otra parte, ya sabemos que los bajos requisitos de los candidatos permitieron el acceso a tal condición de gentes de todo pelaje, lo que sumado al desconocimiento de sus perfiles por parte de los votantes, favorecía de manera obvia que el electorado “se dejara guiar”. Así se llama ahora.

“Todo un éxito”, dijo Claudia Sheinbaum, y desde luego que para quienes montaron la faramalla así fue. Evidentemente, a pesar de los pírricos números de la participación, votó el núcleo duro de los seguidores de Morena, junto con la élite que los dirige, con lo cual se garantiza que los candidatos elegidos sean los de su preferencia. En resumen, se han asegurado su objetivo, que es que la justicia favorezca al movimiento gobernante, al régimen establecido. El 1 de junio de 2025, por tanto, fue el día en que se consumó, controlado el legislativo, el control también del judicial, por lo que a efectos prácticos no hay más poder en México que el ejecutivo. Teóricamente a cargo de Claudia Sheinbaum en Ciudad de México, tal vez bajo la no tan lejana mirada del anacoreta de Palenque.

Está claro que, con un índice de participación de apenas un 13 %, lo del domingo tuvo poco de sufragio efectivo. Y, como apuntó Salvador Camarena (sin que sirva mi acuerdo con él de precedente), sí algo de reelección, en lo que supone de espaldarazo al régimen oficial y a la concentración de poder en Palacio Nacional. No duden que los efectos de tal cosa se harán patentes más pronto que tarde. Y no nos desviemos del tema. Se están viendo debates y discusiones sobre el sexo de los ángeles, llenos de teorías sobre la abstención, la participación, la legitimidad y un largo etcétera de tópicos. No vale la pena engañarse.

Todo eso le da exactamente igual a quienes han organizado el show y se han salido plenamente con la suya. Más aún, todavía dirán, sin sonrojo alguno, que si usted tiene alguna queja, tuvo la ocasión de haber votado. Dijo AMLO que “le gusta mucho vivir en un país libre y democrático”. Desconfío de ese tipo de invocaciones, dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Federico de Prusia fue una de las figuras más relevantes del llamado despotismo ilustrado, que presumía del lema “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Federico acató, como se ha contado, el dictamen de aquellos jueces berlineses, porque al fin y al cabo aquella corriente contaba con unos intelectuales que la respaldaban de la talla de Hobbes, Montesquieu, Voltaire o Rousseau, por citar sólo algunos. Estos de ahora, me queda claro que son déspotas, pero su objetivo no es, desde luego, una justicia independiente, entre otras cosas porque no tienen nada de ilustrados. ¿Quedarán, a partir de ahora, jueces honestos en México?



ADOLFO GONZÁLEZ es Historiador, con Maestría en Historia Contemporánea en el contexto internacional. Reside en España, y es analista político especializado en la interpretación de datos en sondeos de opinión pública. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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