Héctor Guerrero

LOS TOCABLES
Este cambio parece ser un mensaje de como Donald Trump habla en serio sobre el endurecimiento de la política estadounidense hacia México, con implicaciones que van más allá de la diplomacia tradicional.


Tanto Trump como Sheinbaum utilizan tácticas que recuerdan a líderes como Perón o Chávez: control sobre las instituciones, polarización política y la construcción de enemigos externos como distracción de los problemas internos.


Es imperativo recordar que una relación bilateral exitosa no puede construirse sobre amenazas unilaterales y concesiones unidireccionales. Si este es el inicio de la estrategia diplomática de Sheinbaum, imagínense lo que vendrá.


La administración Sheinbaum continúa avanzando en una estrategia de centralización del poder que elimina cualquier instancia de vigilancia independiente.


El gobierno actual ha apostado a la apatía, al cansancio de una población que, en muchos casos, no percibe el impacto directo de la desaparición de estos organismos.


La complacencia parece ser la única estrategia de la 4T para lidiar con el recién electo presidente estadounidense, lo cual representa una caída en picada para la autonomía de nuestro país.


Hoy los derechos de los trabajadores están a merced de las viejas prácticas de control y corrupción que siguen asfixiando la esperanza de una verdadera representación.


Los sinaloenses ya no esperan respuestas, sino acciones concretas que detengan esta ola de violencia que parece interminable. Tanto AMLO como Sheinbaum han fracasado en proteger a Sinaloa de los estragos del narcotráfico.


La eleccion en el sindicato de los petroleros es mucho más que un enfrentamiento entre un hombre y una mujer. Es una oportunidad para que los trabajadores se liberen de décadas de control y corrupción.


La realidad de un México herido exige más que retórica; clama por un compromiso genuino y una estrategia que no solo hable de cambio, sino que lo materialice en un futuro donde la esperanza y la seguridad puedan florecer.


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