Efraín Klériga

ACCIONES Y RAZONES
Claudia tiene tras de sí todas las causales posibles para anular unas elecciones, pero realmente estamos en manos de los soldados y marinos leales a la Patria.


México está enfermo después de cinco años del intento de López Obrador por imponer una dictadura castrochavista, que no un “Ogro Filantrópico” al estilo del viejo PRI. La terapia urgente es salir a votar.



Si la CNTE protagoniza un zipizape con la "Marea Rosa", es posible que la violencia se generalice.


La elección presidencial es entre una una outsider y avalar el segundo paso del castrochavismo como lo hicieron los venezolanos en 2006, pero los partidos, medios de comunicación y encuestadoras viven en 2018 y a los ciudadanos les vale madre



“Quedaron atrás los tiempos de las privatizaciones. ¡Eso ya no!”, afirma Claudia Sheinbaum en su Proyecto de Nación, quien asegura que el neoliberalismo, lo que sea que eso es destrozó al país de instituciones que la Cuatrote compone (¿?)


Erigido en un monarca absolutista, sólo el voto ciudadano se puede quitar de encima a la dictadura en ciernes. Fíjese donde pone la cruz a la hora de votar porque luego la va a cargar.


López Obrador ha desatado el terror imponiendo actos de gobierno dignos de un dictador fascista y mientras roba el último fondo disponible se dota a sí mismo de poderes metaconstitucionales para anular a la oposición.


AMLO practica un terrorismo de Estado y deja a los carteles usar métodos terroristas para someter a la gente, quitarles sus bienes e intervenir en política.


Construyendo un golpe para no dejar Palacio Nacional y no ser juzgado por la enorme cantidad de delitos y su actuación de miserable, López Obrador parece un sapo que brinca y va hacia su estaca.


Los gobiernos de México han gastado lo menos que pueden en agua y drenaje, y López Perogrullo sólo habla y no actúa, y la sed de chilangos y regiomontanos puede explotar en plena “reelección”.


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