Eduardo del Río

DESDE LA BARRERA
Pocas son las voces que, desde la trinchera de enfrente, surgen con un discurso conciliatorio y con el ánimo de sumar. Una de ellas es la de la Senadora Vanessa Rubio.


México deberá seguir muy de cerca el proceso de desconfinamiento en Europa y analizar la correlación sanitaria y económica de esta serie de decisiones, particularmente en los países mayormente afectados.


Se trata de al menos cuatro personajes que han jugado un papel determinante en la ayuda que recibirán 30 mil empresas mexicanas para proteger las cadenas productivas y evitar una mayor tasa de desempleo


El ensamblaje de un automóvil requiere de insumos generados en dos o tres países, mismos que llegan a cruzar las fronteras hasta diez veces para llegar al producto final.


Qué mayor muestra de la ausencia del Estado, en sus tres niveles, que el reemplazo de la ayuda social y la protección que las autoridades deberían garantizar a la población.


Existen regiones como la zona metropolitana del Valle de México, Tijuana, Mexicali, Monterrey, Puebla, Cancún y Guadalajara, en donde, en los hechos, esta etapa ya se encuentra en proceso.


Lejos de hacer su tarea, los estados dejan a la Federación la engorrosa y poco rentable en términos electorales tarea de cobrar impuestos.


De no haber un esquema de apoyo para las pequeñas y medianas empresas, la crisis que se avecina tendrá que ser asumida de manera entera por el Gobierno y con un costo muchísimo más elevado.


Rescatar al pueblo pasa obligatoriamente por un rescate a las empresas. Entiéndase por rescate a un plan de apoyo fiscal, transparente y apegado a la norma.


México no será la excepción. La gestión del presidente López Obrador estará marcada por su conducción en estos tiempos de emergencia sanitaria.


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