Eduardo del RĂ­o

DESDE LA BARRERA
Existe una alta probabilidad que Donald Trump pudiera desconocer su derrota y provocar una de las crisis institucionales más graves en la historia moderna de Estados Unidos.


Triste caso el de los funcionarios de la alcaldĂ­a Miguel Hidalgo de la Ciudad de MĂ©xico que han provocado una seria afectaciĂłn a innumerables familias en medio de una crisis econĂłmica.


Si se cumplen los plazos advertidos para la llegada de la vacuna, además, se podrá enmarcar en el tiempo el impacto económico de la pandemia.


A la crisis derivada por el SARS-CoV-2 se suma un errático manejo en los pocos instrumentos de promoción internacional que le restan al Gobierno.


El de la derrota es un escenario que Trump no se ha planteado y por ello está dispuesto a poner en duda uno de los fundamentos más sólidos de la democracia estadounidense que es su proceso electoral.


La historia se encargará de ubicar a Juan Carlos I en el lugar que le corresponda. Promotor de la democracia, estadista, frívolo o transgresor de la ley.


El futuro de la economía mundial no estaría diseñado como la famosa paloma de Nike sino como una simple silla. Habría una caída, posteriormente un estancamiento para después registrar un nuevo descenso.


Más allá del Covid, enfermedad que tarde o temprano encontrará una cura, nuestro país está siendo azotado por una pandemia que exige del Estado mexicano una pronta respuesta.


Con la elecciĂłn de los cuatro nuevos consejeros del INE se disipan las dudas en cuanto a la imparcialidad del Ăłrgano encargado de convocar y organizar los procesos electorales.


La del INE ha sido una historia que ha permitido la alternancia, la certeza y legalidad de las elecciones, que antes en MĂ©xico eran fuente de incertidumbre.


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