HĂ©ctor Guerrero
El discurso que dio en la Casa Blanca, se me hace lo mejor que ha hecho y dicho en estos años de Gobierno, aunque no estuvo carente de disparates.
Hoy no existe un cambio de rĂ©gimen, estamos 30 años en el pasado, sobre las ruinas de LĂłpez Portillo, EcheverrĂa, incluso su dizque nĂ©mesis, Carlos Salinas.
Quien piense que son exabruptos o tan solo una más de las “ocurrencias del presidente”, vive absolutamente equivocado. Son estrategias.
Tenemos en la presidencia un mitĂłmano, que miente como respira, que se cree JesĂşs, Juárez, Madero y ahora MoisĂ©s, aquel que liberĂł a su pueblo y partiĂł en dos el rĂo Grijalva, para la liberaciĂłn de su pueblo.
Quien durante más de 20 años se ha burlado a diestra y siniestra de la investidura presidencial, pide que ahora se respete la suya.
Las mentiras del presidente, sus caprichos y desacatos van a empezar a costar vidas humanas contantes y sonantes, que van a caer directamente en su persona por ese actuar irresponsable
Al salir seguiremos siendo los mismos y la realidad de siempre estará ahà para enseñarnos lo que hemos hecho bien y mal. Y el Mago seguirá llevando la batuta y todos bailamos al son que toca.
En AMLOTOPIA aman tanto a los pobres, que parece que están empeñados en generar más, en dividir a la sociedad entre ricos y pobres y erradicar a la llamada clase media.
El presidente fue más lejos que todos sus antecesores, elevó a nivel constitucional la militarización de la seguridad pública.
Millones de AMLOBOTS, que fueron creados para defender siempre a su creador y de todos y a denostar todo lo que se les ordene, sirvieron para encumbrar al Rey que hoy busca desterrar a todos los BOTS.
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