El osito que nos recuerda que compramos historias, no productos

En el fondo, el vaso funciona como un ticket emocional a la Navidad: lo quieres porque todos lo tienen, porque es bonito, porque es coleccionable… pero sobre todo, porque temes no encontrarlo mañana. 
04/12/2025

“¿Y si se acaba? ¿Y si ya no lo encuentro? ¿Y si soy la única que no lo consigue?â€

Tal vez esas preguntas describen mejor que cualquier estudio de mercado lo que está pasando con el vaso Bearista de Starbucks esta temporada.

Y es que en plena temporada decembrina, el verdadero protagonista no es un gadget, no es un juguete… es un vaso de vidrio con un osito dentro. Y sí: la gente lo está buscando como si fuera el último boleto para ver a Santa Claus en vivo.

Su precio original es de 869 pesos, pero algunos ya lo revenden hasta en 6 mil pesos. Y aquí aparecen dos preguntas interesantes: ¿de verdad vale tanto?, ¿o lo que vale es la emoción que activa?

Lo fascinante es que no estamos hablando de un producto cualquiera. El Bearista toca ese nervio emocional llamado FOMO (Fear of Missing Out), que literalmente se traduce como miedo a perderse algo.Imagínate perderte “la edición limitada del añoâ€.

En el fondo, el vaso funciona como un ticket emocional a la Navidad: lo quieres porque todos lo tienen, porque es bonito, porque es coleccionable… pero sobre todo, porque temes no encontrarlo mañana. El simple hecho de verlo circular en TikTok, Instagram y X lo convierte en un símbolo de temporada, casi como las luces, los villancicos o la primera foto con suéter feo.

Este caso es casi un laboratorio en vivo para quienes amamos la comunicación y el marketing porque es edición limitada, es tierno y nostálgico, es altamente fotografiable, perfecto para presumir en redes, y por supuesto se agota muy rápido.

Todo eso es la tormenta perfecta para detonar deseo, y no, no importa si ya tienes otros vasos, si no coleccionas nada o si ni siquiera tomas café caliente: lo que se vuelve deseable aquí es la sensación de pertenecer a la conversación de la temporada.

Starbucks refuerza su sello emocional porque el oso, no es un extra inventado del 2025; es un personaje icónico de la marca y recuperarlo en vidrio, como pieza de colección, conecta nostalgia, diseño y espíritu festivo. 

Por eso el vaso ya trascendió su función. Es símbolo, es meme, es conversación.

Las redes lo elevaron a estatus de fenómeno cultural: parodias, duetos, tutoriales de “cómo conseguirlo†y hasta marcas como Bimbo y Bachoco se sumaron a la tendencia, por lo menos en sus redes sociales. Cuando otras marcas ajenas al producto participan, es señal de que el objeto ya forma parte del imaginario colectivo.

Y todo esto nos recuerda algo esencial para las marcas, la gente no compra productos; compra emociones que se materializan en objetos.Por eso el Bearista es el objeto de deseo de esta Navidad: porque no solo se bebe en él… se presume, se comparte, se imagina y se busca. Así es como un pequeño oso de vidrio nos hace reflexionar sobre cómo compramos, por qué compramos y qué significa pertenecer.

Todos los comentarios son bienvenidos a valencia@vaes.com.mx

Nos leemos, la próxima vez. Hasta entonces



VERÓNICA VALENCIA GÓMEZ es divulgadora y consultora de comunicación y mercadotecnia en Vaes Comunicación. Es periodista especializada en Tecnologías de la Información, cuenta con una maestría en marketing digital y certificación como instructora capacitadora on line y offline.

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

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