Ayer, en la Mañanera, AMLO fue recibido, a coro, con esa cantaleta que será vergüenza y oprobio nacional dentro de algunos años. Cuántos padres del futuro tendrán que mentir, al contestar a sus hijos la pregunta, ¿mi abuelo era de los que decían, “es un honor estar con Obrador”?
Así los contrasentidos de los tiempos que corren. Presentarse como periodistas independientes, y casi reverenciar como mandriles a quien, de manera directa o indirecta, les permite monetizar, indica claramente el tipo de relación que AMLO hubiera querido tener con los medios masivos de comunicación.
Permite también observar el tipo de periodistas que se pueden comprar, con presupuesto bajo; finalmente quedó lo mismo pero más barato, y chafo de a madre.
Durante años, AMLO despertó el morbo con relación a los ingresos de Carlos Loret de Mola: ¿Y cuánto gana Loret? Finalmente, el propio AMLO consiguió y publicó los ingresos de Loret y una ristra de periodistas. El morbo tenía que ver con la presunción de que eran grandes cantidades.
Después de ver ayer a los periodistas independientes de la 4T, se ha despertado un morbo también sobre cuánto es lo que ganan. AMLO debería regalarnos los ingresos de todos ellos en una de sus últimas mañaneras. El morbo ahora es por la presunción de que deben ser cantidades muy pequeñas. Esto es, ¡hasta por cuánto, lo menos, alguien es capaz de vender su dignidad!
