Apenas había anunciado en enero Ricardo Anaya, ex candidato presidencial por el PAN en 2018, que intentaría ser otra vez candidato presidencial en 2024, cuando en una vuelta a mi librería favorita me topé con la venta de su libro y lo compré de inmediato.
Bajo el título “El pasado, presente y futuro de México” (Editorial Debate, 2020), pensé que su escrito sería una especie de plataforma de campaña adelantada. Además, Anaya quedó en segundo lugar en la contienda presidencial, obtuvo nada despreciable 12.6 millones de votos y superó a José Antonio Meade (PRI) que logró 9.2 millones de votos.
Digamos que, a pesar de la distancia con Andrés Manuel López Obrador (Morena), quien obtuvo 30.1 millones de votos, Anaya fue un candidato que se posicionó bien en un electorado joven y le plantó batalla a AMLO en los debates, mucho más que los otros candidatos.
El 2018 ya es historia pasada, sin embargo, lo que cuenta es el 2024 , y me dispuse a la lectura de un libro que me sorprendió porque -gracias a la Providencia- no era un texto panfletario, sino un curso universitario vuelto libro, pues Anaya es profesor de Derecho Constitucional y Teoría del Estado en la Universidad Autónoma de Querétaro y da clases, con frecuencia, en la Universidad de Columbia en Nueva York.
Se convierte así “El futuro de México” en un libro que nos permite un buen repaso, siempre necesario, a la historia reciente de México, a problemas específicos y a propuestas para mejorar la gobernanza. Anaya tuvo el tino de no recetarnos las páginas de su diario de campaña del 2018 o 2024, sino su visión de profesor universitario sobre el México actual, sus problemas y rutas de solución.
¿Es también eso, de alguna manera, una plataforma de campaña? Por supuesto que sí, pero en todo caso se trata de una propuesta bien estudiada, fundamentada y sujeta a rigor analítico que llevará seguramente el nivel de la discusión pública a mayores alturas que en 2018, el cual se empantanó entre acusaciones judiciales, intercambios de frases chistosas en los debates y ausencia de ideas y argumentos.
A lo largo de varios capítulos, Anaya aborda la lucha contra la corrupción, la violencia e inseguridad pública, el narcotráfico, el debate sobre legalización de las drogas, la propuesta de Ingreso Básico Universal, el bajo crecimiento económico, la elección del 2018, la relación México-Estados Unidos y finaliza con una consideraciones muy interesantes sobre el futuro inmediato de México.
Por lo pronto, con su libro, Anaya le da batalla a AMLO en el terreno de las publicaciones como idearios políticos, tan querido por Andrés Manuel, lo cual es una invitación a discusiones de alto nivel, no a pleitos de cantina.
“Frente al desastre”, nos dice Anaya en la introducción, “ante la gravedad del momento, la pregunta recurrente en toda conversación sobre los problemas de México es ¿qué vamos a hacer? No importa dónde tengan lugar los diálogos: en la familia, en el trabajo, en las comunidades o en las aulas, la pregunta termina siendo esa. ¿Qué vamos a hacer?”
Me parece adecuada y bien equilibrada su contestación: “Hay quienes piensan que se debe articular un movimiento igual de radical y polarizador que el de la autodenominada cuarta transformación, pero en sentido contrario, incluso al margen de la. Ley. No lo comparto. Además de ilegal, esa no es una vía eficaz para enmendar el camino y mejorar la vida de la gente”.
La finalidad pedagógica del libro de Anaya le da un valor agregado: además de reflejar su perspectiva analítica y opiniones personales, nos presenta una buena síntesis de problemas, temas, personajes y eventos del México contemporáneo. Se agradece al autor su actitud de buen profesor que comparte su curso con el público general.
Por cierto, se lee con fluidez y no pesan las 600 páginas de la obra, nos provee con notas abundantes y una buena bibliografía para profundizar en los temas específicos.
A mí me sorprendió gratamente la obra, espero que a usted también: esperaba leer a un político y me encontré a un profesor. Enhorabuena.