Entre las muchas consecuencias negativas de la ausencia del Presidente López Obrador en la Cumbre de las Américas 2022 (Los Angeles, California), me quedo con lo que se perdió nuestro mandatario por no asistir: la gran oportunidad de abandonar, de una vez por todas, el complejo de “provinciano” (en la peor acepción del término) que lo caracteriza.
Los viajes ilustran, dice la sabiduría popular. Ilustran y dan mundo, es verdad, ayudan a ser más abiertos a personas, ideas, costumbres y gastronomía de otros países, pero sobre todo, a ser una persona más desenvuelta en las interacciones sociales.
Para cualquiera de nosotros, viajar es enriquecedor en ese sentido. Para un Presidente de la República, es un deber que debe cumplir puntualmente para su nación. Su representación debe incluir a la mayor cantidad de mexicanos posibles, no solamente a los que piensan como él y comparten su ideología.
En lugar de proyectarse como mexicano en el exterior, se quedó AMLO encerrado en su limitado ámbito local. No sé si él ha viajado antes a Los Angeles, pero alguien de su círculo cercano debió recordarle que esa metrópoli es una capital latinoamericana en territorio estadounidense, de ese tamaño es su importancia.
Nada más echemos un vistazo sobre lo que perdió AMLO (y México) al no ir a la Cumbre en defensa, como alegó, de Cuba, Nicaragua y Venezuela:
1. La colorida protesta trans en una plaza cercana al centro de convenciones que dio sede a la Cumbre: la organización civil Avaaz coordinó un performance de cinco “drag queens”, vestidas como Marylin Monroe y una de ellas como Evita Perón, dieron la bienvenida a algunos presidentes visitantes (Brasil, Ecuador, Argentina y Canadá) y al propio Presidente Biden a la reunión utilizando para ello fotos de tamaño real de cada mandatario. “Esta iniciativa surge de la solidaridad de la comunidad drag de Los Angeles”, expresó Óscar Soria (de Avaaz), “con todas aquellas personas que han tenido que migrar en América debido a las consecuencias de la crisis climática”. Cada una de las drags interpretó “Happy Birthday, Mr. President”, la icónica canción de Marylin Monroe.
2. Colectivos y activistas angelinos hicieron su propia Cumbre del Pueblo en las calles del centro, a la par que la Cumbre oficial, Criticaron a mansalva: la ausencia de una reforma migratoria, la incertidumbre de los solicitantes de asilo y “Dreamers”, el acercamiento de Biden con Bolsonaro y su negativa a invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua. “Es muy decepcionante que la inmigración no se esté discutiendo al más alto nivel, no tienen liderazgo, expresó Angélica Salas, quien dirige la Coalición por los Derechos HUmanos de los Inmigrantes.
3. El Presidente Biden hizo dos anuncios importantes, si hubiera estado AMLO en la Cumbre se hubiera podido colgar parte de la medalla: un plan de financiamiento llamado “Alianza de EU y el Caribe para detener la crisis climática” (PACC, por sus siglas en inglés), mediante el cual se identificarán proyectos de energía renovable para suministrar asistencia técnica y facilitar inversiones privadas. Además, Biden dio la nota al criticar al neoliberalismo: “tenemos que actualizar nuestra receta, desde mi punto de vista, para el crecimiento. Es hora de enterrar la economía del goteo”, es decir, la política neoliberal de no tasar ni regular rentas a los ricos y a las inversiones para que derramen sus beneficios al resto de la sociedad. “Se puede hacer cualquier trabajo pagando buenos salarios y respetando los derechos de los trabajadores… así ganan todos”.
Como ven ustedes, no solamente se perdió AMLO del sabor y calor hispano de Los Ángeles, sino que fue rebasado por la izquierda por el Presidente Biden y su anuncio del plan para Centroamérica, complementado por otro anuncio adicional de la Vicepresidenta Kamala Harris sobre la participación de empresas privadas norteamericanas en ese proyecto.
Touché, Presidente López Obrador, le comieron el mandado. De veras, ¿por qué no fue a la Cumbre de las Américas?