Las mujeres que rodean a Andrés Manuel López Obrador en su trayectoria política, algunas de ellas desde antes de que llegara a la Presidencia, tienen un perfil definido de lealtad a toda prueba, incondicionales al grado de que ellas “ya no se pertenecen” (por emplear la frase de AMLO), sino que “pertenecen” a la causa, vale decir al Gran Causante: yo les llamo Las Lopitas.
Consideremos en esta entrega a dos de ellas, de diferentes edades y contextos, pero que ilustran esa misteriosa condición de mujeres modernas que graciosamente regresan al Patriarcado político más tradicional con tal de, no sé, realizar sus sueños de transformación de la Patria.
Pueden considerarse feministas o no hacerlo, o progresistas y ,sin embargo, se acomodan sin dificultad aparente a las formas más rancias de control político en México; sí, ése en donde manda el Hombre. Pueden hacer todo eso porque son Adelitas del siglo 21.
Indira Vizcaíno es la recién estrenada Gobernadora de Colima, una joven política colimense (34 años) muy entusiasta en la vida pública, pero con escasa trayectoria antes de ganar la gubernatura. Egresada de Licenciada en Derecho por la Universidad de Colima (2010), ha militado en el PRI, el PRD y en Morena, fue diputada federal por Colima y posteriormente (2012 a 2015) fue presidenta municipal de Cuauhtémoc. Tuvo un cargo en el gobierno estatal (Secretaria de Desarrollo Social). Sucede en el cargo al priista Ignacio Peralta, a quien acusó de inmediato en su toma de protesta: “nos dejaron un estado quebrado”, dijo a la usanza de las acusaciones que dispara López Obrador.
Desenvuelta y de pensamiento ágil, daba gusto escuchar a la entonces candidata Indira en los micrófonos de Estación Pacífico (dirigida por Miguel Ángel Vargas en la capital colimense, una fuente de periodismo independiente y crítico en www.facebook.com/espacifico) al presentar sus ideas sobre el gobierno, sobre todo, a partir de la crítica en contra de Peralta.
Lo que denotaba en esas entrevistas era mucho entusiasmo, una visión de gobierno similar a la de AMLO ( a quien mencionaba con frecuencia), pero pocas tablas. Esto, más que “un pecado”, podría ser lo que realmente atrae hoy a los electores que buscan elegir a personajes no viciados ni a caras viejas de la política (lo cual vemos, por ejemplo, como un patrón de voto incipiente en Estados Unidos).
En el contexto de la política mexicana, esa frescura no es tan inocente. Indira me causó buena impresión y tiene mucho potencial, pero creo que llega muy “verde” a un cargo tan importante como una Gubernatura, y su inexperiencia no podrá ser cubierta en todo momento por el Presidente López Obrador. Ella no parece tener todos los hilos políticos de su estado en la mano, pues no ha tenido tiempo de tejerlos.
En su afán discursivo por dejar en claro que se alinea con la postura política de AMLO, puede dejar un flanco al descubierto, pues un gobernador es, ante todo, un político que debe atender la política local, independientemente de su relación con el Presidente de la República. Por su discurso obradorista al extremo, la ubico ahora como una Lopita, de lo cual espero sinceramente equivocarme.
Pasemos a otro caso más. Claudia Sheinbaum, actual Jefa de Gobierno de la CDMX, no necesita mayor presentación: egresada de la Licenciatura en Física por la UNAM, se fue a la Universidad de California a realizar estudios de Doctorado en ciencias en el Lawrence Berkeley Laboratory; al regresar a México, colaboró en un Programa de Desarrollo Sustentable en El Colegio de México, se incorporó como investigadora en el Instituto de Ingeniería de la UNAM, pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Sheinbaum fue Secretaria del Medio Ambiente cuando López Obrador era Jefe de Gobierno de la Ciudad de Mëxico, jefa delegacional de Tlalpan y desde diciembre del 2018 es la Jefa de Gobierno en la capital del país.
¿Cómo pudo una mujer formada en el rigor del pensamiento científico, y en un mundo académico en el cual la crítica es una herramienta indispensable, someter su personalidad pública, discurso e ideas políticas a Andrés Manuel López Obrador?
No tengo la respuesta a ese cuestionamiento, pero el hecho mismo de formularlo indica mi asombro ante la capitulación total de Claudia al Patriarcado político del creador de MORENA. La ciencia, la academia, el pensamiento crítico no vacunan por completo a nadie contra nada, incluyendo al populismo más ramplón que podamos imaginar.
Claudia quiere ser Presidenta de la República. En tres años más, probablemente, Indira se sentirá igualmente con arrestos para intentarlo desde Colima, ¿por qué no? Ya cumplen, de entrada, una condición esencial para sus futuros políticos: son Las Lopitas del Barón de Macuspana (de las otras -Irma Eréndira y Evelyn- hablaremos en futuras entregas). ¿Será eso suficiente para convencer a los votantes?