Uno de sus profesores explicaba la clase y a Jesús, siempre ensimismado, lo agarraba en curva a cada rato. “A ver, muchacho, ¿qué estaba yo diciendo?â€, y no habÃa respuesta. “¡Hey, muerto!â€, y nada. “¡Hey, momia!â€, y al fin reaccionó Jesús a lo que le decÃa su maestro.
De ahà en adelante se le quedó lo de ‘El Momia’. De esa clase en secundaria a la preparatoria, los primeros semestres de una carrera en la Universidad de Guadalajara, la actividad estudiantil, el Frente de Estudiantes Revolucionarios (FER), y de ahà al salto a la clandestinidad como guerrillero de la Liga Comunista 23 de Septiembre, pasaron algunos pocos años cronológicos, pero una verdadera eternidad en la vida de José de Jesús Morales Hernández.
Al resurgir en México la polémica sobre los grupos guerrilleros, a raÃz del aniversario en septiembre del intento de secuestro y muerte del empresario Eugenio Garza Sada, en Monterrey, a manos de guerrilleros de la Liga 23 de Septiembre, recordé que Morales me envió una copia de su libro “Memorias de un Guerrilleroâ€, el cual contiene un relato de cómo se convirtió a la vÃa armada, sus motivos de lucha, las detenciones y torturas, las acciones violentas en las que participó, etcétera. El testimonio que ofrece “El Momia†en su libro es excepcional, rudo y conmovedor a la vez.
Cómo no sacudirse con las vidas de Jesús y sus amigos de generación, muchachos de barrio rebeldes y peleoneros, pero que nunca se hubieran imaginado que llevarÃan la vida del guerrillero. “Nadie escoge ser violento, pero vivimos en tiempos violentosâ€, nos dice “El Momiaâ€.
Fue tan dura la respuesta del Gobierno a las protestas sociales en los años 60s y 70s que los caminos se les cerraron a estos jóvenes, quienes desde Guadalajara no vieron otro camino que el de la vÃa de las armas. “A la violencia reaccionaria del gobierno, opusimos la violencia revolucionariaâ€, afirma Jesús.
Cuesta trabajo imaginar, desde el México de 2019, el paÃs que éramos en 1973, año en que se formó la Liga 23 de Septiembre sobre un pacto entre la mayorÃa de las agrupaciones guerrilleras de entonces.
Digo que cuesta trabajo porque si el México de hoy nos parece imperfecto, injusto y desigual, el de 1973 lo era en mucho mayor grado y con el agravante de que el gobierno no tenÃa ningún lÃmite a su acción violenta, a las detenciones ilegales, a la tortura y el asesinato de opositores y a la desaparición forzada de personas. Los medios de comunicación estaban sometidos casi por completo al gobierno, no habÃa comisiones de derechos humanos, y el clima de la Guerra FrÃa justificaba la furiosa represión “anticomunistaâ€. Cuesta trabajo creerlo, es verdad, pero asà era: Una época oscura en la historia reciente de México conocida como “Guerra Suciaâ€.
Bueno, en esa época le tocó vivir a “El Momia†su juventud unÃversitaria, su toma de conciencia radical sobre la postración de millones de mexicanos en la pobreza e ignorancia.
Pará quién quiera poner en la balanza los pros y los contras de la decisión de una generación de jóvenes de irse de guerrilleros, en el libro “Memorias de un Guerrillero†se le presenta un testimonio personal, honesto, de las razones y motivos de Jesús Morales.
No me meteré en el debate sobre si los guerrilleros mexicanos son “valientes†o “cobardesâ€, pues me parece una disyuntiva simplista que no refleja la complejidad de la situación.
Lo que sà comparto con Jesús Morales es su intención, al escribir su libro, de recuperar la memoria de esos años, llenar los huecos y comprender qué pasó y qué responsabilidad le toca a cada quien.
Al decir “nadie escoge ser violento, vivimos tiempos violentosâ€, Jesús resume la más valiosa aportación de su libro: su propio testimonio de vida, sin prejuicios, sin adornos, “no más lo que esâ€, dirÃan en el barrio.
Gracias, Jesús, por compartir tus valiosos recuerdos, ¿quién más se anima?
