Carlos Urzúa y la honestidad intelectual 

Rogelio Ríos

MIRADA AL MUNDO
México pierde a un académico, analista y servidor público cuya honestidad intelectual, conciencia inquebrantable y ética de servidor público será su huella para este país: un ejemplo del poder de las convicciones ante la brutalidad del poder.
20/02/2024

 

La muerte accidentada de Carlos Urzúa privó a la sociedad mexicana del ejemplo de honestidad intelectual como servidor público que marcó un punto de inflexión en la percepción del gobierno de López Obrador y su movimiento MORENA, al renunciar a su cargo como Secretario de Hacienda en 2019.

Al sentir el conflicto entre sus creencias y la ética del servidor público y, por otro lado, la irracionalidad de las decisiones de gobierno del presidente López Obrador y su falta de escrúpulos, Urzúa tomó lo que probablemente fue la decisión más difícil de su vida: renunciarle al presidente por objeción de conciencia.

Déjenme decirles, estimados amigos, por qué lo creo así. Pero antes tomaré la definición de honestidad intelectual como “el máximo intento de no-intencionalidad por parte del emisor, y como el juego limpio o respeto a la libertad de respuesta de los receptores”, según sosteniblepedia.org.

Por tanto, se agrega en la definición, “la honestidad intelectual es considerada un culto a la verdad, un modo de aprecio por la objetividad y la comprobabilidad, y el desprecio por la falsedad y el autoengaño”.

Por su parte, “la objeción de conciencia es la negativa a acatar órdenes, leyes, o a realizar actos o servicios invocando motivos éticos o religiosos”, según wikipedia.org.

De esa forma, la objeción de conciencia “se define como un derecho subjetivo a resistir los mandatos de la autoridad cuando contradicen los principios morales”, según la misma fuente.

La relación entre Urzúa y AMLO ya existía desde que éste fue candidato y luego Jefe de Gobierno del Distrito Federal (2000-2005).

En ese contexto se entiende mejor el valor de Carlos Urzúa al discrepar de López Obrador en cuestión de políticas públicas al grado de la ruptura personal y con su forma de conducir las políticas públicas.

En la carta de renuncia del 9 de julio de 2019 Urzúa explicó con sencillez, brevedad y claridad sus motivos:

“Discrepancias en materia económica hubo muchas. Algunas de ellas porque en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento”.

“Estoy convencido de que toda política económica debe tomarse con base en evidencia, cuidando los diversos efectos que ésta pueda tener y libre de todo extremismo, sea éste de derecha o izquierda”.

“Durante mi gestión (en la Secretaría de Hacienda) las convicciones anteriores no encontraron eco”.

“Me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”.

“Por los motivos anteriores, me veo orillado a renunciar a mi cargo”.

Apenas comenzaba el sexenio de López Obrador cuando Urzúa se vio “orillado” a dejar al Gobierno morenista de una manera que dejó entrever su fortaleza ética y moral en contraste con el actuar presidencial.

La trayectoria profesional de Urzúa posterior a su renuncia ha hecho honor a las convicciones que lo mueven, su pensamiento progresista y los límites que no está dispuesto a cruzar ante los “extremismos” que menciona en su carta, sean de derecha o izquierda.

No lo conocí personalmente, pero sí a través de amigos que lo trataron en la cercanía de la amistad. De ellos he escuchado comentarios elogiosos y de admiración hacia Carlos, de que quien no me perdía sus columnas (El Universal) y comentarios (Latinus) semanales sobre temas torales para el país. Siempre con buen tono y sencillez.

México pierde a un académico, analista y servidor público cuya honestidad intelectual, conciencia inquebrantable y ética de servidor público será su huella para este país: un ejemplo del poder de las convicciones ante la brutalidad del poder.

Adiós, Carlos. 

Rogelio.rios60@gmail.com 



ROGELIO RÍOS estudió Relaciones Internacionales y es periodista de opinión sobre México y el mundo.  Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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