Retratos

Rogelio Ríos

MIRADA AL MUNDO
Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón son Héroes de la Patria, sí, pero con sangre en sus conciencias.
18/09/2020

Un contemporáneo de Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón escribiría sobre ellos, años después de sus gestas independentistas, lo que llamó “Retratos”, es decir, breves semblanzas de su vida y obras.

La pluma aguda de José María Luis Mora nos dejó para la posteridad esos retratos de dos de los considerados Padres de la Patria en México, forjadores de la nación mexicana que sacrificaron sus vidas en el altar del martirio para que naciera una nueva nación después de zafarse el yugo de la Corona Española, según reza la leyenda.

Mora, español de sangre, contaba apenas con 16 años cuando el Cura Hidalgo diera el grito de Independencia en 1810 en el pueblo de Dolores, Guanajuato. Su familia, asentada en ese mismo estado, vio derrumbarse su patrimonio y arrebatadas sus tierras por los sublevados.

Hombre educado, fue sacerdote, político e historiador, y tuvo en la obra “México y sus revoluciones” (1836) uno de sus escritos más profundos sobre la realidad mexicana, a la cual veía siempre en su oscuridad y luces.

Más o menos de esa misma época vienen algunos de sus retratos, en los cuales se reflejan los hombres de carne y hueso, con virtudes y defectos, sin esa aureola de divinidad que les atribuye la historia oficial.

Sobre Miguel Hidalgo, Mora decía que “este hombre ni era de talentos profundos para combinar un plan de operaciones, adaptando los medios al fin que se disponía, ni tenía un juicio sólido y recto para pesar los hombres y las cosas, ni un corazón generoso para perdonar los errores y preocupaciones de los que debían auxiliarlo en su empresa o estaban destinados a contrariarla”.

Muy poco deja ver la Historia de Bronce las debilidades de Hidalgo, acostumbrados como estamos desde niños a leer en los libros de texto que es un Padre de la Patria, el cual, por definición, es todo virtud sin defecto alguno.

Agrega Mora: “ligero hasta lo sumo, se abandonó enteramente a las circunstancias, sin extender su vista y sus designios más allá de lo que tenía que hacer al día siguiente; jamás se tomó el trabajo, y acaso ni aun lo reputó necesario, de calcular el resultado de sus operaciones, ni estableció regla ninguna que las sistemase”.

En un balance final, Mora agrega: “los errores, equivocaciones, debilidades y hasta la crueldad misma de Hidalgo, desaparecen de la vista por sus desgracias, y sobre todo del imponderable servicio de haber emprendido una revolución perniciosa, destructora y desordenada, es verdad, pero indispensablemente necesaria en el estado a que habían llegado las cosas y que abría el camino a otra ordenada, benéfica y gloriosa”.

Sobre Morelos, el historiador liberal dice que “era hombre de educación descuidada y en razón de tal carecía de todas las prendas exteriores que pueden recomendar a una persona en la sociedad culta: humillado por el poco concepto que de él se tenía, se expresaba con dificultad; pero sus conceptos, aunque tardíos, eran sólidos y profundos”.

Sin instrucción militar previa, Morelos resultó, sin embargo, un gran estratega militar natural, área en la cual superó al propio Miguel Hidalgo. Como magistrado, agrega Mora, “resultó igualmente un hombre extraordinario: sin conocer los principios de la libertad pública, se hallaba dotado de un instinto maravilloso para apreciar sus resultados”.

Finalmente, nos dice Mora que “Morelos fue duro y hasta cruel con los que militaban por la causa española; el supuesto derecho de represalias lo ejercía de la manera menos benigna; las más veces fusilaba, aun sin este motivo, a los principales prisioneros”.

Las huestes insurgentes de Hidalgo protagonizaron dos célebres matanzas de españoles: en la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, al vencer a los soldados realistas y desatar la masacre sobre las familias ahí refugiadas y el saqueo en toda la ciudad; y en Guadalajara (la matanza de Oblatos), después de incautadas sus propiedades.

Héroes de la Patria, sí, pero con sangre en sus conciencias. Yo prefiero conocerlos así, ponderar su época, sus fortalezas y debilidades, su “crueldad”, como diría Mora para comprenderlos, no para sacralizarlos.

Rogelio.rios60@gmail.com



ROGELIO RÍOS estudió Relaciones Internacionales y es periodista de opinión sobre México y el mundo.  Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

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