Manejar la información a conveniencia, torcer o inventar los hechos o recurrir a datos que resultan falsos: en eso se parecen López Obrador, Hugo Chávez y Donald Trump.
Hugo Chávez, presidente venezolano entre 1999 y 2013, llevó el manejo de la propaganda a niveles superiores al crear “Aló, Presidenteâ€, un programa de televisión que le servÃa como conferencia de prensa, plataforma de exhibición, púlpito para sus peroratas bolivarianas, tribunal para fustigar a sus oponentes (a la “oligarquÃaâ€) y premiar a sus seguidores.
El programa salió al aire el 23 de mayo de 1999 y duró hasta el 29 de enero de 2012. Inició sus transmisiones por el sistema de la Radio Nacional de Venezuela, y a partir del 2000 en conjunción con Venezolana de Televisión (Wikipedia).
Puede usted encontrar emisiones grabadas en You Tube, elija una al azar y se dará cuenta de la dinámica del programa, el cual giraba enteramente en torno a la figura de Chávez y su discurso ideológico que repetÃa sin cesar, una y otra vez, frases iguales o similares, ataques e insultos a sus oponentes polÃticos y a los medios de comunicación.
SalÃa al aire cada domingo, empezaba a las 11 de la mañana y duraba hasta que Chávez lo quisiera, generalmente alrededor de las 5 de la tarde. El lenguaje coloquial, lleno de giros populares, estaba dirigido a la comprensión de la mayor parte del pueblo venezolano.
En México, Andrés Manuel López Obrador lleva ya más de 300 emisiones de sus conferencias de prensa matutinas, conocidas como “las mañanerasâ€, desde que asumió el poder en México en diciembre del 2018.
No eran nuevas para él estas conferencias, ya las usaba cuando fue Jefe de Gobierno en la Ciudad de México entre el 2000 y 2005. Convocaba a los medios de comunicación de lunes a viernes (a las 7 de la mañana) en sus oficinas para dar información sobre la administración de la ciudad, pero principalmente para posicionarse en la opinión pública, pues acababa hablando de los temas polÃticos nacionales.
El tono y la actitud de López Obrador era distinto, sin embargo, en esas conferencias si las comparamos con las actuales. En las “mañaneras†que realiza hoy como Presidente, el formato y los temas los impone a su discreción y, aunque hay reporteros presentes, López Obrador decide a su arbitrio si contesta o no las preguntas.
Las “mañaneras†le sirven al Presidente para dar la información bajo el ángulo que a él le conviene, para presentar a sus secretarios de estado y funcionarios a hablar con los reporteros, asà como para hacer largos sermones sobre los personajes y la historia de México (su tema favorito), los objetivos de la Cuarta Transformación (su proyecto de gobierno) y denostar a sus oponentes polÃticos (los “conservadoresâ€), como lo hace en contra de los periodistas y medios de comunicación.
Le da a López Obrador por denominar “diálogo circular†a sus conferencias de prensa, pero de “circular†no tienen nada. Hay una sola vÃa en ese monólogo con los medios de comunicación: la suya propia.
Se percibÃa, desde el principio de las “mañanerasâ€, que habÃa periodistas “amigables†con el Presidente en sus preguntas y planteamientos, los cuales colaboran en medios de comunicación que prácticamente nacieron al mismo tiempo que el nuevo gobierno; en este año, ya ocupan casi todos los asientos.
El Presidente Donald Trump, por su parte, reanudó en estos dÃas sus conferencias de prensa sobre la pandemia y volvió a la carga: echar la culpa a los demás, acusar a los medios de comunicación de difundir “fake newsâ€, seguir el pleito con China, criticar a Biden, etcétera, todo lo que le sirva para llevar a la opinión pública a los temas que a él le interesan.
No salto yo todavÃa a conclusiones definitivas, pero si uno conecta los puntos se da cuenta que hay similitudes asombrosas entre AMLO, Chávez y Trump en sus conferencias de prensa, ¡quién iba a pensarlo!