Pongámoslo así: la crítica fundamental al capitalismo es su falta de conciencia, no la búsqueda de beneficios. Es la actitud de sacar provecho de cualquier situación si nada se lo impide.
A muchos puede sonar aberrante una relación amorosa entre un cincuentón y una joven de 20 años, pero sucede. ¿Quién lo puede evitar? Él y ella, solamente. La moral, la sociedad, la religión, no pesan en su comportamiento o, si lo hacen, es para atreverse. Desde otra perspectiva, sin embargo, se comprende mejor; para verla, deben retirarse los prejuicios. Así, ya no hay actos amorales ni inmorales.
La realidad es que si ambos declaran conveniente aquella relación, estamos ante un hecho natural. Él, por ejemplo, puede acusar cierta soledad, vacío, crisis de la edad. Ella, a su vez, anda en busca de dinero. Entre tanto, un día se conocen. Más que unirse por atracción, acuerdan un intercambio de bienes, fijan las reglas y, por último, aceptan el negocio.
No se trata de los perfiles ideales para formar una pareja, desde luego (un hombre maduro y una chica en la mañana de la vida), pero eso no los detiene. Y su número se cuenta por miles, cientos de miles. A estas personas les hacía falta un servicio profesional que les ayudara a elegir compañera o compañero. Por ese motivo, nació Seeking Arrangement, una aplicación de citas para estos romances.
La economía formal ha venido a darle seguridad, orden y certeza a unos encuentros que solían vivir en la clandestinidad. Incluso, en el sector de los start ups, estos servicios ya tienen una denominación: sugar dating. En este campo, Seeking Arrangment no es el único; también funcionan Sugar Daters, RichMeetBeatiful y Mysugardday.eu. Pero Seeking Arrangment, por mucho, es la potencia mundial.
De acuerdo con la compañía, solo en Gran Bretaña hay 250 mil universitarias involucradas en el mercado del sugar dating. Seeking Arrangment está presente en 139 países y tiene 4.5 millones de usuarios. Sus ingresos van de 30 a 40 millones de dólares anuales (https://bit.ly/2RtXVOg).
Para muchos observadores, estos sitios se dedican llanamente a la prostitución. Pero ni dueños ni usuarios aceptan tan denigrante apelativo. El objeto de intercambio es intangible, más sutil, más psicológico. Las sexoservidoras, incluso jóvenes, siempre están ahí, y no representan nada de eso.
La entrevista que comparto a continuación les dará una mejor idea de estas uniones disímiles. Habla un caballero de sus experiencias con jóvenes enganchadas a través Seeking Arrangment. Se publicó en inglés en la página Refinery29 Uk, de Medium. Aunque amplio, doy un extracto del original.
(Entrevista con el propietario de una empresa de software, de 50 años, quien comparte su experiencia de salir con chicas jóvenes)
Háblame de ti.
Soy el fundador y presidente de una compañía global de software. Mi patrimonio neto es de cerca de 50 millones de dólares. Viajo mucho pero radico en Nueva York. Me divorcié hace tres años y medio, y cuando llegó el momento de intentarlo otra vez, me di cuenta de que no podía volver a una cita convencional. Tengo 50 años pero aparento 38. Estoy en excelente forma, trabajo duro, y tengo la mentalidad de un veinteañero porque realmente me gusta divertirme. Salto en paracaídas, ¿sabes? Soy ese tipo de persona.
¿Por qué sentiste que no podías volver a una cita convencional?
Es que mis esquemas me lo prohibían. Cuando salgo con alguien de la manera convencional, siempre sigue el mismo patrón: te presentan una chica, la llegas a conocer, le gusta el ambiente. Entonces comienza mi desquiciante esquema de viajes, y viene una carga pesada de presión y texting. ‘¿Cuándo regresas?’, ‘¿dónde estás?’.
Pensé: bien, ¿qué tal si apoyo financieramente a alguien y, cuando yo esté ahí, pueda tener la compañía que me gusta? Me pareció la solución perfecta.
¿Cómo acabaste en Seeking Arrangement?
Comencé a usar el sitio porque creí que era la única manera de conocer mujeres que no estuvieran maleadas por la vida.
¿Qué quieres decir con maleadas?
Llegué a la conclusión de que hombres y mujeres, con la edad, se malean por tantas experiencias. Adoptan un sesgo negativo como forma de comportamiento. Salí con muchas mujeres de 40 y en todas hallé, invariablemente, que intentaban adivinar de qué manera podía lastimarlas, incluso desde la primera cita.
Después salí a cenar con la hermana de un amigo; ella era de 31 años y conversamos a lo largo de 6 horas. Fue increíblemente refrescante. Para mí, algo asombroso. Y pensé: debería comenzar a perseguir mujeres más jóvenes. Pero entonces se me hizo claro que una cita convencional no me funcionaría. No estaba conociendo mujeres jóvenes en el bar que visitaba, y cuando vas a un local como el Bumble, no hallarás demasiadas mujeres dispuestas a salir con hombres de 50. Así que elegí Seeking Arrengment.
¿A quién conociste ahí?
Conocí a tres mujeres en el sitio. La primera era muy franca. La invité a tomar un trago y se mostraba muy abierta a que, conforme hubiera química, me trataría y se acostaría conmigo por algo de dinero. Por desgracia, yo no soy así. Yo necesito más conexión emocional con la persona, aunque se escuche raro en estos contextos.
La siguiente era alguien a la que pudiéramos llamar “la vecina de al lado”. Probablemente no debería estar en esa página y quiere algo de contacto emocional, pero necesita ayuda financiera. Así que salimos durante cuatro o cinco meses. Después me dijo: “Ya no quiero dinero porque realmente disfruto tu compañía”. Lo que me dijo realmente era que no quería una relación de largo plazo basada en el dinero, y que es posible una relación de éstas cargada de química.
¿Qué pasó con ella?
Dos meses después, la diferencia de edad me azotó en la cara. Recuerdo que salí a almorzar con ella y sus amigas, y alguien estaba murmurando, tú sabes, ¿de quién es papá? Realmente, no me impresionó, pero sí vi una expresión en el rostro de ella. Cuando después hablamos del asunto, me dijo que no estaba preparada para esa situación. Así que decidimos quedar como amigos.
¿Y la tercera mujer?
A la tercera yo la llamo la mercenaria, y era la persona más peligrosa que yo haya conocido. Me asustó en serio. Te diría cualquier cosa para hacerte sentir que está enamorada de ti. Mintió cuando negó tener novio y que no vivía con nadie, se quedó con todo el dinero, los regalos, los viajes, los boletos de avión, y cuando el novio finalmente la dejó, vino arrastrándose a mí. Terminó viviendo conmigo por un tiempo, y entonces tuve que instalarla en un departamento. Un día, me sentí muy enfermo y le pregunté ´ ¿qué pasará con nosotros?’. Debemos tener una relación de verdad o esto no funcionará. Y desde entonces no he recibido respuesta.
¿A qué te refieres con una relación de verdad? ¿Una monógama?
No esperaría una monógama pero me la pidieron. Le dije a aquella chica: Ok, tienes que ser directa conmigo y no solo honesta. Si sientes algo por otro, solo dímelo, y ahí terminamos. Esta debería ser la mejor parte de un sitio como Seeking Arrangement: que no necesitas mentir. Por ejemplo: soy fulano de tal, esta es mi situación. Si quieres unirte a mí bajo estas condiciones, podemos estar juntos.
Pero el asunto era que yo la exponía a todo mi mundo –tengo hijos que la conocieron y mi ex la conoció- pero ella no quería exponerme al suyo. Salía con toda clase de pretextos pero sus acciones no demostraban lo que me aseguraba. Entonces le dije: o cambias o no va a funcionar. Y desapareció.
¿Cuánto gastaste en ella?
Me gasté como 200 mil dólares mientras usaba la aplicación de citas, de los cuales el 90 por ciento se fue con la tercera mujer. Le compré mucha joyería. Le llegué a regalar un anillo, que después perdió o dijo que se lo robaron, y entonces le compré otro para reponérselo. Después estaba el alquiler, que era de 3,500 a 3,600 dólares, más el depósito de garantía. Fue algo así como, hey, tú, ¿qué estás haciendo?
¿Y desde entonces no has vuelto al sitio?
Volví y tuve una conversación telefónica con una mujer, pero fue solo eso. La última relación destruyó mi capacidad de confiar en alguien, y fue una de las razones que acabó con las citas siguientes. Volvería a buscarla en el sitio si supusiera que no está loca, que es agradable y que no demuestra algo malo. Después de las primeras experiencias, cuando acudía a una nueva cita, me decía: va a ser terrible, va a mentirme y a engañarme.
¿No es así como describirías a los hombres y mujeres “maleados” por la vida?
Exactamente. Fue algo realmente difícil de manejar. Me convertí en lo que no me gustaba de las personas en este tipo de relaciones. Me tomó muchísimo tiempo procesar esa situación, y aún trato de asimilarlo. Cuando surge la necesidad de decirme, creo que podrías equivocarte, lo suavizo un poco.
Con tanta discusión sobre la vida de los acaudalados, de los hombres mayores abusando de su poder ¿ha cambiado tu manera de ver estas relaciones?
Un poco, hasta cierto punto. Tuve una conversación con mi novia actual sobre la dinámica de poder en la pareja, porque yo, claramente, gano más que ella. Y le dije, ¿has sentido alguna vez que yo tenga más poder que tú? Ella me miró y me dijo: No más poder pero claramente tú haces más cosas que yo, y eso me vuelve un poco celosa.
Ahora me preocupo más de la percepción de las amigas de mi novia, en tanto puedan verme potencialmente como un depredador. Creo que he modificado mi comportamiento. Es más probable que me quede en lugares conocidos donde la gente me identifique. Así, los camareros, los dueños los meseros no solo ven a un viejo que sale con una joven.
(Entrevista original: I’m 50, A CEO, & A Former Sugar Daddy — Here’s What I Want You To Know, de Jessica Chou)
