Guste o no a los integrantes del actual gobierno, la salud del presidente de la República es un asunto de interés público y como tal debe ser tratado.
Pese a esto, y siguiendo con el tratamiento que han dado a los distintos asuntos públicos que les parecen incómodos, el tema se ha tratado con un secretismo tal, que pareciera que están ocultando algo.
Creo que todos hemos sido testigos de la forma en que el presidente López Obrador maneja la comunicación de los asuntos públicos, y algunos privados, todos ellos son tratados de manera sesgada para crear la imagen que Andrés Manuel desea dar de su gobierno.
Si hay desabasto de gasolina, es que se está combatiendo el huachicol, si hay opacidad en la entrega de contratos, es de que antes había mucha corrupción y ahora se está luchando contra ella y “los adjudicamos a dedo porque no somos iguales”.
En fin, que han trazado una narrativa alterna a lo que muchos otros vemos en la realidad mexicana y han tenido éxito, la prueba son las encuestas que muestran un alto grado de aceptación del presidente aunque un bajo nivel de satisfacción en la forma en que lleva los asuntos del Estado.
En el caso de la salud del presidente han hecho algo similar, resulta que en el peor momento de la pandemia el AMLO se enferma y desaparece de la escena pública, ya no se habla de los más de 160 mil muertos contados oficialmente y de los muchos miles más extraoficialmente, sino de la salud del presidente.
Para mayor efecto, en lugar de mostrarlo durante la convalecencia, aunque fuera vía zoom, video o cualquier otra forma de contacto virtual, simplemente desaparecen la imagen del presidente, lo cual es contrario a las costumbres de este.
Cuando los rumores acerca de una posible embolia, o derrame cerebral según la versión consultada, crecen y definitivamente se deja de hablar de la pandemia, los muertos y la falta de vacunas, aparece un video del presidente caminando por los pasillos del palacio nacional.
Vuelve a desaparecer y ahora los rumores señalan posibles secuelas de una embolia y, en lugar de presentar un reporte formal acerca de la salud de AMLO, filtran un video, supuestamente grabado subrepticiamente, en el cual se le ve caminar mejor que antes de su enfermedad y con un pelo extrañamente más largo y blanco que el que muestra cotidianamente.
Unas horas después aparece otro video en el cual el presidente muestra parte de su habitual forma de ser y da lecciones de historia.
Como podemos ver, es toda una narrativa que tiende a mostrar que tenemos un presidente fuerte y que la pandemia no es, ni de lejos, lo terrible que se cuenta.
Mientras tanto, sus voceros en el área de salud machacan que vamos bien, que pese a lo que muestran las cifras que ellos mismos ofrecen día con día, la pandemia va a la baja y que las notas que dan cuenta de los números que ellos proporcionan son parte de lo que han dado en llamar “infodemia”.
Es claro que la 4T, al igual que lo hacía el Estado en la novela 1984, está reescribiendo cotidianamente la historia que quiere que sea la oficial, aunque la cambien un día sí y otro también.
Y está claro que les está funcionando en grandes grupos de la sociedad.
Así que no les extrañe si las elecciones de junio nos traen la sorpresa de que ganaron pese a los “intentos de fraude organizados por los conservadores”. Y que esos grupos que todo les cree apoyarán los resultados, así sea mediante la fuerza.
Y es que las declaraciones de este gobierno, o muchas de ellas, hay que leerlas en clave negativa.
Pa´l baile vamos.