Toda sociedad tiene sus mitos fundacionales, los necesita.
Ellos forman el cemento que une a la sociedad y, cuando se derrumban, las sociedades mueren o entran en descomposición.
En EUA uno de esos mitos fundacionales es el que se celebra el dÃa de Acción de Gracias, quizá la mayor celebración de ese paÃs, dÃa en que prácticamente se paraliza la nación y las familias se reunen en torno a la mesa para agradecer que su sociedad se salvó gracias a que los peregrinos sobrevivieron.
Precisamente por ello se llama "DÃa de Acción de Gracias", es el momento de agradecer los bienes recibidos, aunque muchos le digan el dÃa del pavo.
En México, durante el siglo pasado la revolución mexicana cumplió ese papel, era la amalgama que permitÃa a los mexicanos considerarse como parte de una nación, pero ya no es asÃ.
De unos años a la fecha, ese mito fundacional fue revisado y prácticamente tirado a la basura. Las nuevas generaciones ya no se sintieron parte de esa sociedad que surgió en el periodo postrevolucionario, buscan nuevos mitos fundacionales.
López Obrador se los está aportando.
Por eso la repetición infinita de los mismos estribillos, de las mismas frases, de los mismos supuestos hechos, de las nuevas caracterÃsticas morales.
AMLO está forjando los nuevos mitos, los que cohesionarán a la nueva sociedad, o no.
De eso se trata esto, de ganar no solo en las urnas, sino de colonizar el pensamiento, de hacer que sus seguidores sean una masa compacta, impenetrable, lo cual permitirÃa ganar elecciones una y otra vez.
Es como lo señala George Friedman, muchos se fijan en la fuerza de EUA con la que domina al mundo, pero no se dan cuenta de la forma en que domina la cultura, la producción, generando patrones que se convierten en estándares.
Hacia allá vamos, hacia una sociedad cada vez más centrada en los nuevos mitos fundacionales de la 4T, lo cual nos pueden llevar a otro siglo como el XX, dominado por un partido.
Si logra instaurar esa nueva mitologÃa...
Quizá nos toque verlo.