Hace ya algunos a帽os, 30 aproximadamente, Manuel Villa Aguilera escribi贸 un interesante libro titulado "El archipi茅lago mexicano". Si recuerdo bien, por desgracia no tengo el libro a la mano, lo perd铆 en alg煤n cambio de domicilio, la tesis b谩sica del texto consiste en que, en caso de que el PRI perdiera la presidencia, el poder de los gobernadores ser铆a tal, que se presentar铆a un fen贸meno como el denominado "balcanizaci贸n" en el pa铆s.
En pocas palabras, los gobernadores se convertir铆an en peque帽os poderes no necesariamente sujetos a ning煤n otro, como lo era el presidencial, ya que los llamados poderes metaconstitucionales del presidente se perder铆an al desaparecer el sistema priista.
El a帽o 2000 fue la fecha en que el PRI perdi贸 la presidencia por primera vez y debido, creo, a la falta de conocimiento del sistema pol铆tico, Vicente Fox perdi贸 el control de los gobernadores y, adem谩s, el control de buena parte del presupuesto, precisamente la correa de transmisi贸n que permit铆a mantener a raya a los estados.
Peor a煤n, los ingresos petroleros que fueron sumamente altos en los sexenios que van de 2000 a 2012 generaron los llamados excedentes que se distribu铆an entre los gobiernos estatales con muy escasa normatividad de control.
Los gobiernos estatales se configuraron como un verdadero contrapeso del poder presidencial, de forma tal, que el bloque de los gobernadores priistas, y quien logr贸 aglutinarlos, Enrique Pe帽a Nieto, desafi贸 la autoridad presidencial y la venci贸 para la llamada segunda alternancia, con los resultados que todos conocemos, es decir, Pe帽a Nieto no fue capaz de atarle nuevamente las manos a los gobernadores y se presentaron los niveles de corrupci贸n que hoy conocemos.

Y no lo pudo hacer porque no fue precisamente un presidente fuerte en el sentido de lo que se da en llamar legitimidad, que no es otra cosa m谩s que la opini贸n p煤blica, ya que la legitimidad deber铆a otorgarla el hecho de ganar en las urnas.
Ha sido necesaria la llegada de un presidente con una amplia mayor铆a de votos y una imagen de legitimidad para empezar a meter al redil a los gobernadores, quienes se hab铆an acostumbrado a hacer y deshacer a su antojo.
No es, ni va a ser, un proceso sencillo, entre otras cosas porque se supone que somos una Rep煤blica, formada precisamente por estados que se han asociado libremente para conformarla, y el proceso que se est谩 presentando, de alguna manera, una reconstrucci贸n de las llamadas facultades o poderes metaconstitucionales con la consiguiente disminuci贸n de poderes de los estados.
Est谩 siendo un encontronazo 茅pico y AMLO va ganando con una doble estrategia, el llamado going public y la presi贸n de todo tipo sobre los gobernadores, incluyendo la judicial y la econ贸mica.
No es una mala apuesta para AMLO, pero puede estirar demasiado la liga en lo que respecta a los dineros.