Marcelo Ebrard, uno de los m谩s eficientes funcionarios p煤blicos de la actual administraci贸n federal, present贸 hace unos d铆as el soporte para la aplicaci贸n de aranceles a productos provenientes de pa铆ses con los cuales M茅xico no tiene tratado de libre comercio, entre ellos China, aunque no exclusivamente dirigidos a las importaciones de este pa铆s.
El 茅nfasis del secretario de Econom铆a fue el de la protecci贸n de empleos, Ebrard asegur贸 que con la aplicaci贸n de los aranceles, algunos del 50 por ciento, se busca preservar unos 350 mil empleos de distintos ramos empresariales, destacadamente el textil, el zapatero y el ramo automotriz.
Hay la percepci贸n de que de alguna u otra forma la aplicaci贸n de este tipo de impuestos arancelarios tiene que ver con las exigencias del presidente norteamericano, Donald Trump, y el sustento m谩s que econ贸mico es geopol铆tico, ponerse del lado de los EEUU en su guerra comercial con China.
Llama la atenci贸n el hecho de que Ebrard haya enfatizado precisamente que esta interpretaci贸n no es correcta y que insistiera en que M茅xico no est谩 tomando consideraciones de car谩cter geopol铆tico sino estrictamente econ贸micas al establecer los aranceles.
El problema consiste en que en EEUU la aplicaci贸n de aranceles no ha funcionado como lo esperaba el presidente Trump, quien ha tenido que dar marcha atr谩s precisamente porque las repercusiones pol铆ticas de sus decisiones econ贸micas est谩n presentando signos preocupantes para el inquilino de la Casa Blanca y su partido con miras a las elecciones intermedias que se realizar谩n en noviembre del pr贸ximo a帽o y es precisamente hasta que retir贸 los aranceles impuestos que las perspectivas econ贸micas de su pa铆s mejoraron.
Independientemente de lo anterior, quienes tenemos cierta edad recordamos no muy gratamente el periodo de sustituci贸n de importaciones en el cual muchas mercanc铆as producidas en el extranjero no pod铆an importarse legalmente al pa铆s, los equivalentes nacionales eran, como dec铆a un amigo, 鈥渕alos pero caros鈥, debido precisamente al proteccionismo que quitaba el incentivo a los empresarios de competir por los consumidores con productos de mejor calidad y precio.
No decimos que eso vaya a pasar ahora, subrayamos que es un peligro acerca del cual conviene estar prevenidos precisamente para evitar caer en 茅l y perjudicar a quienes, precisamente, se supone ser谩n los beneficiarios finales de las pol铆ticas p煤blicas relacionadas con la econom铆a del pa铆s: nos referimos a los pobres.
Por lo pronto habr谩 que ver cu谩l es la respuesta de China, quien inmediatamente se帽al贸 que no considera admisible la postura de nuestro pa铆s en el tema arancelario. Por nuestra parte se帽alamos que M茅xico es uno de los 10 destinos m谩s importantes de las exportaciones chinas, les compramos unos 130 mil millones de d贸lares en este 2025 mientras ellos nos compran alrededor de 13 mil millones.
Habr谩 que ver si el aumento de precios que viene asociado a los aranceles no genera una burbuja inflacionaria que perjudique al consumidor mexicano, sobre todo a aquellos que tienen un poder adquisitivo relativamente reducido.
No vaya a salir m谩s caro el caldo que las alb贸ndigas como dice el refr谩n y el objetivo declarado por Ebrard, proteger empleos, no se alcance y los aranceles se transformen en una medida del tipo b煤meran.
