Hablar del tema es delicado, ya que la palabra dictadura tiene infinidad de colores, pero también sus zonas grises. La historia, pasada y presente dan cuenta de una lista interminable de nombres que van desde Julio César, Franco, Mussolini, la "dictadura perfecta" y hasta los que vemos al día de hoy.
Lo único que puedo opinar con lo poco que sé es que, México no vive, pero por mucho en una dictadura y mucho menos López puede ser considerado hoy un dictador.
Quien así lo piense, por mucho que quiera ayudar, es parte del problema.
Sin embargo, no quiere decir que la persona que habita en el palacio aspire a conjuntar, a concentrar todo el poder en México en una sola persona y su voluntad, se convierta en mandato.
Aunque así lo hemos visto desde que comenzó este régimen, esa máxima sólo aplica a sus lacayos y a sus fanáticos, pues más o menos 100 millones de mexicanos que NO votaron por Morena, enfrentamos el México real, en el que la economía es un desastre, la seguridad no existe, el manejo criminal que se le dio a la pandemia, donde 8 compañeros han sido asesinados, desgraciadamente, no serán los últimos.
Ejemplos de trastornos que tienen los dictadores, abundan por ejemplo, en Uganda, el terrible dictador Idi Amin, se hizo nombrar "señor de todas las bestias de la tierra, de los peces del mar y rey de Escocia", otro de esos ejemplos es el dictador de la República Centroafricana, Jean Bedel Bokassa, quien se hizo coronar como Napoleón Bonaparte, o tras perder una elección, declararse presidente legítimo. En fin.
Hoy en la cabeza de López habita la desesperación, pues nada le sale bien, todos los cheques que expidió y sigue expidiendo con la boca, los ciudadanos se los está rechazando cada vez más rápido y hasta con comisión.
A pesar de cumplir con muchas palomitas en el perfil, insisto, que AMLO no es (ni lo será) el dictador de México. Eso es abonar a su narrativa, a alimentar el ego.
El resultado es la pérdida de contacto con la realidad, molesto, ya con poco contacto con la gente y cometiendo errores, pero eso sí cada vez más rodeado por incondicionales que sólo dicen que sí a su santa voluntad.
Y de su santa y azul voluntad, vienen dos eventos cruciales en los próximos días, la inauguración del nuevo aeropuerto Felipe Ángeles a como dé lugar, pues no hay tren, ni vías de acceso terrestre, con 12 vuelos diarios de tres aerolíneas, (cuando en un solo día, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) tiene 889), cuya construcción está llena de empresas fantasma, en fin, hablaremos del aeropuerto cuando inicie operaciones.
La otra voluntad, es lo que debemos considerar el banderazo simbólico de salida rumbo a 2024, que es la revocación de mandato.
Es ahí donde quiere tener el ojo público el presidente López, donde los mexicanos "decidiremos" el destino del presidente. Sí, como no.
López y sus huestes, templarán su aparato electoral porque esta vez el jefe no quiere fallas, los mapaches, el acarreo y la coacción del voto, entre otras triquiñuelas, servirán para obtener información sobre las deficiencias de sus programas asistenciales, así, igualito que el PRI, operando con todo, desde la administración pública.
Los fanáticos, lacayos y clientela de Morena, la tiene fácil, pues por ellos quisieran que López siguiera hasta el 2034, no hay pierde.
Sin embargo, la oposición es quien se debate en el dilema de entrar o no en el juego de López, posturas tan opuestas que van desde la consigna: Nadie Vota, Nadie revoca, Que se largue cuando le toca o "Terminas y te vas", hasta el otro extremo de llamar al voto masivo para tumbar al "Dictador López".
Lo cierto es que si quieren salir a votar el próximo 10 de abril, hay que hacerlo pues es un derecho, si quieren votar por revocación o ratificación, son libres de hacerlo, el país no va a cambiar y López va a seguir siendo el mismo que todos conocemos hoy.
López, en lugar de trabajar, se ha esforzado a promover su imagen y ésta tomada de pelo que es la revocación, es una forma de mantenerlo actualizado para distraer de los temas importantes y hacer con todo y con todos lo que le viene en gana, desde berrinches lamentables como el de la carta al Parlamento Europeo, hasta el desmantelamiento de las instituciones que no le son afines.
Así pues no se preocupen, López seguirá deleitándonos todas las mañanas repitiendo las 10 frases que se sabe, sacando los pañuelitos, riéndose de las masacres, cobijando delincuentes y todo lo que ya sabemos que hace todos los días.
Hay que tomar en cuenta estos y muchos otros factores para tomar nuestra decisión de qué hacer con nuestro voto.
López gana, de todas todas, aun perdiendo.
Mientras tanto los problemas del país siguen cada vez peor y los muertos, los sigue poniendo el pueblo de México y López, como siempre, el discurso.
En la mente del dictador vive un México que no es.
Tiempo al tiempo.