Vaya semana que hemos tenido, todos hemos sido expertos en tesis, plagios, Ovidios, atentados, cine, Shakira, Piqué y cómo ser buenos ex, accidentes del metro, etc, para todo eso damos y más.
Los que me conocen, saben que mis raíces son de Sinaloa, de la ciudad de Los Mochis, por lo que no puedo dejar pasar el tema del “Culiacanazo” 2.0, sin expresar mi punto de vista.
A pesar de mi pasado en la hoy extinta PGR y de este camino, de más de 25 años, que ha sido la actividad periodística, hablar del tema del narcotráfico, nunca ha sido la constante, a pesar de que puedo decirles que soy conocedor del tema.
Sin embargo, lo que acabamos de ver apenas hace 8 días y que solo mencioné de manera muy somera la entrega pasada
Jesús María es una comunidad que se encuentra al norte de la capital de Sinaloa, Culiacán, cuenta con poco más de 5 mil habitantes y colinda además con Badiraguato y Mocorito.
Sus habitantes se dedican a la pesca de bagre, mojarra y tilapia, gracias a que ahí se encuentra la presa Adolfo López Mateos y también vive prácticamente de una agricultura de temporal y de la ganadería, aunque algunos hombres son contratados como jornaleros agrícolas en el valle de Culiacán municipios y estados vecinos.
Ahí, en esa comunidad se refugiaba como uno más, oculto a la vista de todos, “El Ratón” o “El Escorpión”, Ovidio Guzmán, en una quinta de lujo, con todas las comodidades que el dinero puede dar, como lo hemos visto estos últimos días a través de los videos del interior de dicha vivienda.
La comunidad de Jesús María, siempre ha sido el santuario de los Guzmán. Ovidio nació y creció ahí prácticamente, así que no nos engañen de que fueron 6 meses de trabajo de inteligencia. Basta con escuchar uno o dos narcocorridos para saber donde localizar a “El Ratón”.
Así, la detención, de Ovidio, se convirtió en un verdadero “Jueves Negro”, que derivó un violento enfrentamiento entre crimen y gobierno con balaceras, bloqueos de carreteras e incendios de vehículos, además de bloquear todos los accesos a la ciudad de Culiacán, que dejó como saldo 29 personas sin vida, 35 heridos y 21 detenidos.
Sin duda uno de los operativos más sangrientos de la historia, parece que ahora los abrazos, venían con mucho plomo.
Los habitantes de Jesús María hoy piden “que se vaya el gobierno” de su comunidad, incluso fueron a manifestarse a Culiacán, donde rompieron vidrios, ingresaron al palacio de gobierno para increpar al Gobernador Rocha Moya para exigirle que saque a los militares de su comunidad.
Los inconformes denunciaron que se cometieron robos, que hay personas heridas y que la violencia dejó daños sicológicos y traumas en los niños.
Incluso, a los mismos soldados les gritan al paso que se larguen y que los dejen en paz, que les dejen vivir felices como eran antes de que les dieran la Orden de ir por Ovidio (tres días antes de la llegada de Biden a México).
Claro que van a protestar, claro que quieren que se vayan, si formaban parte de ese santuario donde toda la vida ha estado Ovidio Guzmán.
El dinero compra conciencias y más en una comunidad como lo es Jesús María, donde las cosas siguen igual que hace 30 años.
Esa es parte del pueblo bueno, del pueblo sabio, al que siempre hacen alusión y también al pueblo malo y tonto, a chairos fifis, a todos, al que trabaja y más, al que no trabaja.
Que lo entienda, quien lo entienda, si es que lo sabe entender, como diría Jorge Negrete, el narcotráfico ha construido una base social alrededor de los grandes capos o de los grandes centros de producción y distribución, a lo largo y ancho del país.
En Jesús María pensaron que no les iba a llegar el agua al cuello.
Hemos visto como en algunos lugares, la gente defiende a estos personajes, a pesar de tener pleno conocimiento de sus actividades ilícitas.
¿La razón?, entre otras cosas, las dádivas, el mismo esquema que utiliza Ya Sanes Quien, quien ya dijo que la pobreza es parte de su estrategia política.
“Ayudando a los pobres va uno a la segura porque ya saben que cuando se necesite defender, en este caso la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos. No así con sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la intelectualidad, Entonces, no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”. Solo cambien el contexto y operan igual.
Y si a eso le agregamos, “Los abrazos y no balazos” , los delincuentes tienen derechos humanos”, “robar poquito”, etc, pues simplemente nada de eso aporta para que las cosas cambien.
Esa política de seguridad que más bien es de impunidad, yo diría que la impunidad es la política pública de la #4T y si no, pues vean los sucedido con la ministra y con Shienbaum, por muchísimo menos de lo que han hecho esos dos personajes, en una democracia sana, ya estarían en la cárcel o mínimo fuera de sus cargos, vetados para ocupar cargos públicos.
Pero mientras besen el suelo que pisen, basta para permanecer impunes.
Entonces que a nadie sorprenda lo que pasa en Jesús María, pues es lo que ocurre en todo el país, y que esas comunidades donde suceden situaciones similares a esta estén conscientes que tarde o temprano les va a caer la ley.
Lo que no dicen es que en Jesús María hay por lo menos 150 personas desaparecidas, que por no presentarse o no saber de su paradero, no se reporta en el informe oficial.
López, quien dijo que no iba a agarrar capos, ya lleva dos o tres y éste último, fue gracias a una operación militar, que se desarrolló por 6 meses. (ajá).
Los habitantes de esa comunidad regresarán a la vida modesta, llena de carencias, pues los parabienes que recibían de parte del grupo a quien protegían, se acabó.
El narcotraficante mejor tratado por el gobierno, fue ofrendado a Estados Unidos, al igual que sucedió con Rafael Caro Quintero, quien fue aprehendido también unos cuantos días antes de que López visitara EU.
Hoy nos guste o no, nuestro país está en una situación de guerra con dos bandos bien definidos.
A pesar de que el gobierno, con sus abrazos ha permitido que estas agrupaciones crezcan, se fortalezcan y amplíen su territorio y que en esa expansión existan decenas de “Jesús María” en todo el país.
Hoy la comunidad está tomada por el ejército, escuelas y comercios continúan cerrados, hay niños que resultaron heridos por el enfrentamiento. ¿Tanta inteligencia no les dio para agarrarlo en la calle durante 6 meses? Ya no engañan a nadie,
Y como dice el corrido.
“La chapiza sigue al mando”. Y seguirá.
Tiempo al tiempo.