Queda realmente poco nuevo que decir acerca de la consulta ciudadana que se realizó el domingo pasado, donde todos los bandos se anunciaron ganadores y entre todos se llamaron perdedores.
La consulta, ni fue el éxito del que se jactan López y sus fanáticos, pero tampoco fue el fracaso que celebran los opositores.
Dejando a un lado (por el momento) que esta consulta obedece más a un capricho del presidente, a que la pregunta fue de lo más ambigua, ridícula del tipo de: ¿De qué color es el caballo blanco de Napoleón?, un ejercicio cuyo principal promotor se fue “desmarcando” al grado de no participar, pues su teatro se le vino abajo y la única manera de escabullirse fue abandonando el barco.
La democracia participativa, siempre será combustible para una sana democracia y este ejercicio como tal es un inicio para que los ciudadanos comencemos a participar en la toma de decisiones que nos afecten de forma directa.
Al final la participación del electorado fue de casi el 8 por ciento del padrón y al final el “si” arrasó.
Un total de 57 mil 077 actas se computaron en los 300 distritos electorales del país, en las que el 97.72 por ciento de la ciudadanía participante optó por el “Sí”; es decir, 6 millones 511 mil 385 mexicanas y mexicanos. En tanto, 102 mil 945 (1.54 por ciento) eligió el “No”. Las opiniones nulas representaron el 0.73 por ciento del total, que equivale a 48 mil 878 y una participación total del 7.11 por ciento del padrón nacional.
También hay que aclarar que el no haber votado en la Consulta Popular manda un mensaje político claro y contundente como el anular el voto en otras elecciones.
Si se pudiera nombrar a un ganador en la jornada del domingo, sin duda alguna sería el Instituto Nacional Electoral, pues quedo demostrado que, a pesar de los ataques del presidente y sus lacayos, la organización y la logística estuvieron impecables.
Hasta el propio Lorenzo Córdova le puso tremenda callada de boca a la esposa del Presidente que fue de las primeras en descalificar la consulta.
“Es la primera vez que tenemos un ejercicio realizado con seriedad, libre, con transparencia y con apego a la legalidad, a pesar de que el INE una vez más trató de ser descalificado, denostado, amenazado, incluso diciendo que el INE estaba militando”, dijo Lorenzo Córdova. Coincido.
De parte de la ciudadanía, ganamos el espacio y experiencia en ejercicios de este tipo, así como manifestar el interés que tenemos por el tema en cuestión.
Pero ojo aquí, no debemos confundir la baja participación como pérdida de popularidad del presidente, o peor aún que haya sido un triunfo de la narrativa opositora o que los agravios que motivaron la consulta se hayan diluido con el tiempo.
Basta recordar que en el 2002, el IEDF organizó un plebiscito sobre los segundos pisos del Periférico ¿Se acuerdan?
También recuerdan que la participación no alcanzó ni el 10 por ciento, no le impidió al presidente hacer su voluntad.
Y hablando del presidente, en este contexto, López no pierde, pues la narrativa que lleva recitando por décadas y que cambia cada sexenio, aunado a la indiferencia de los gobiernos anteriores a los temas sensibles que afectan a la sociedad, han hecho arraigo en los sentimientos de los mexicanos, con los que juega y manipula todavía hoy López.
La oposición ahora llama fracaso y se burla y se ríe de la baja participación de la gente, de aquellos que por alguna u otra razón creyeron en esta consulta, es un agravio, un insulto indirecto y directo, cuando personajes como el ex presidente Fox, llama a la consulta “censo de pendejos”.
¿Y cuál es el resultado? Pues ayudar a sustentar la narrativa del presidente y posicionándolo como el defensor del pueblo.
Lo que no entienden los opositores es que esas personas que denostan, son parte de este país y más temprano que tarde tendrán que buscar cómo ganar su simpatía si piensan hacer algo en las próximas elecciones.
Así es, hoy todos juegan en la cancha de AMLO de una forma o de otra se habla de él, se descalifica a los contrarios sin todavía hoy mostrar un discurso, una alternativa que compita dignamente contra lo que hoy tenemos.
Y ahí va de nuevo, una nueva campaña de eterno candidato, pues ya aventó al ruedo el tema de la revocación de mandato y todos, tooooodos mordieron la carnada, pensando ilusamente que ahora si esa será su gran oportunidad. De verdad, ni cómo ayudarles.
Así que el presidente, no pierde.
Quien debe estar preocupado son los operadores del presidente, quienes no pudieron operar, pues un ejemplo sería que, el gobierno se jacta de tener 24 millones de familias incluidas en los programas sociales, cuyo requisito, o uno de los requisitos más importantes, es tener su credencial para votar vigente.
Pues de ese voto duro, cautivo de MORENA, no se reflejó en esta consulta, pues ni siquiera la tercera parte de ellos, si los juntamos a todos, acudieron a las urnas.
El no acudir a votar a pesar de las dádivas, también es una posición política y revela la incapacidad de los operadores de MORENA para aunque sea, llevarlos de acarreados.
Ese voto es duro es “del pueblo bueno y sabio” que está viviendo los estragos de la economía, de la inseguridad y de la pandemia, ahora agarran las dádivas y les dan la espalda.
Así que, la última evaluación del proceso es la propia, la de cada uno de nosotros, pues por el pasado no se puede hacer nada, ya está hecho, sin embargo hoy tenemos la oportunidad para enmendar el futuro y no permitir que el pasado se repita, aunque todos los días nos lo impongan en la nariz.
Todos los que nos gusta el deporte sabemos que, cuando destaca el árbitro, quiere decir que hubo juego limpio y de buen tránsito de la partida.
El presidente ya va ooootra vez en campaña de aquí a marzo, como lo ha hecho durante tres años, ser candidato eterno, mientras el país sigue de mal en peor.
AMLO seguirá siendo el vocero de sí mismo 24/7 y la oposición sigue sin entender.
Esta vez ganó el árbitro, la próxima vez, ganemos nosotros.
Ya viene la revocación, veremos que sucede.
Tiempo al tiempo.