En 2025 México vivirá un escenario peor al que enfrentó Miguel de la Madrid Hurtado en 1983, cuando la deuda real superaba al PIB, inflación galopante, cientos de empresas paraestatales o con participación estatal que perdían dinero, luego de un gobierno corrupto y no peor al de AMLO.
En 2025 México será un país con inmensos problemas de inseguridad, inmerso en el terrible escenario del calentamiento global, mayores problemas ecológicos, huracanes más severos, y menor disponibilidad de agua y electricidad por habitante.
Junto a los ecocidios provocados por planes torpes como Dos Bocas, Sembrando Vida, el Tren Maya, carreteras en reservas de la biósfera, la Cuarta Transformación se ha dado el lujo de no aprovechar los presupuestos para obras ecológicas del NadBank o del Banco Interamericano de Desarrollo.
Al grito de lo que importa es el poder, no el progreso del país, el gobierno de depredadores de presupuestos, depredadores sexuales, depredadores del orden constitucional, han olvidado que frenar el impacto al medioambiente también les compete a ellos.
Además de entregar un país más vulnerable al calentamiento global, entregarán el peor nivel de inseguridad desde la Revolución, dependencias gubernamentales donde faltarán equipos como computadoras, empleados capacitados y orden administrativo.
El gobierno de José López Portillo estuvo plagado de demagogia, bandidos, y se inclinó al populismo pues iba a rescatar a lo que llamaba desposeídos (pueblo bueno) y eso se iba a lograr con las ventas de petróleo que iban en expansión.
Pero a finales de 1981 el precio del crudo cayó y comenzó la fuga de capitales y lejos de conciliar, adoptar medidas comerciales y económicas, el gobierno se escondió en la demagogia y estatizó la banca (Ya era nacional) para culpar a los empresarios de las torpezas del régimen.En la administración de López Portillo había corrupción gigantesca, obras mal hechas, funcionarios ineptos, un gasto gubernamental con un déficit gigante, una caída abrupta en la recaudación y una deuda pública que había crecido exponencialmente mientras la familia presidencial disfrutaba.
Andrés Manuel López Obrador ha encabezado un gobierno de bandidos e ineptos que aumentó todos los problemas que vivía el país en 2018 y no mejoró ninguno, quebraron las instituciones que medio funcionaban, y ahora luchan por acabar a los organismos de control y el Poder Judicial.
Como ahora, en 1983 las dependencias gubernamentales tenían errores operativos derivados de la mala administración del sexenio de José López Portillo, faltaba capital humano, materiales y equipos para realizar el trabajo, y la economía vivía estancamiento con inflación galopante.
Es claro que ninguna de las corcholatas, ni siquiera Ricardo Monreal, tienen la capacidad necesaria para enfrentar el caos, porque además, habrá grupos de obradorista que tras un sexenio de vino y rosas sin tener que trabajar o esforzarse demasiado, lucharán por seguir pegados a la ubre.
La horda Morena felicísima, creen que el “súper” peso refleja un triunfo económico y político, pero es reflejo de muchas circunstancias, entre ellas el que Zedillo haya puesto el tipo de cambio a la oferta y la demanda, y con el tiempo causará mucho daño a la economía mexicana.
La demagogia de este López y su ruta vigesimónica, es que el Estado necesita hacerse obeso, gravitar sobre el proceso económico, imponer al ejecutivo sobre los otros poderes y supeditar las actividades privadas al visto bueno del Estado, el cual no tiene el deber de rendir cuentas.
Como buenos emisarios del pasado los seguidores de AMLO piensan que el socialismo funciona, pero, para imponerlo a los demás; que, defender a México es defender la ineptitud, las tonterías y corrupción de la Cuarta Transformación y regresar a la economía regida por el estado mediante paraestatales.
Un fan de AMLO que se respete ignorará que en 1982, por ejemplo, Gasolinera del Balsas, Panificadora Las Truchas, Mármoles del Valle del Mezquital, Restaurantes El Presidente, Farmacia María Isabel, Imprenta Nuevo Mundo, etcétera, eran algunas de las 399 empresas con participación estatal.
Que entre los 206 fideicomisos cuyos gastos y empleados salían del presupuesto, había algunos como el Fideicomiso Película La Sombra del Caudillo, la cual se había estrenado 26 años antes, o bien, el “Fideicomiso para Cubrir la Suma de $ 4,500.00 mensuales de por Vida de los Fideicomisarios”.
Los embates de López Obrador y sus porros más consentidos (Y corruptos) como el gobernador de Veracruz, tendrán un efecto terrible en la paz social, y el bien común quedará sepultado bajo las turbas obradorista que preferirán reventar el país que dejar de mamar y dar de topes.
La carrera presidencial por ser el ungido de Morena ejemplifica bien lo que es la Cuatrote; Un plan que irrespeta la ley, un gasto que en el caso de Claudia Sheinbaum ya rebasó por mucho los cinco millones de pesos que le dieron, y colegas que se clavan el puñal por la espalda.
El nombre Claudia, del latín “claudus”, cojo, significa mujer de cojea y en México se podría decir que Claudia significa corcholata que tropieza, gasta enormes cantidades de recursos de procedencia dudosa y le mete el pie a sus contrincantes.
Contrariamente su apellido de origen Ashkenazi, Claudia no es un bosque que brilla sino hierba mala en un lodazal de malas prácticas políticas y administrativas, y si Andrés Manuel López Obrador es el peor presidente en la historia, Sheinbaum sería execrable.
Ebrard decepcionó a los pocos fans que tenía fuera de Morena, mientras que Monreal se ve derrotado y Adán Augusto piensa que nadando de muertito será el candidato y todo apunta que hay un tapado y se llama Andrés Manuel López Beltrán.
Malos tiempos los nuestros, dice Octavio Paz al iniciar “Tiempo Nublado”, y peores serán, el tontarriaje, descalzonados, desposeidos, pueblo bueno y sabio, como quieran llamarles, necesitan un caudillo para saberse en el mundo, aunque el caudillo los robe y los sacrifique.
Y ninguno de las corcholatas o de los opositores tiene la imagen de patriarca y de macho que protege, es bueno, terrible, diría Paz: “El chingón, el padre que se ha ido, que ha abandonado a la mujer e hijos. La imagen de la autoridad mexicana se inspira en estos dos extremos: el Señor Presidente y el Caudillo”.
Quien tome el poder en 2024 administrará el caos, porque el gobierno actual dejará al país como víctimas de un vampiro: Enfermo, chupado, obnubilado, despedazado.